domingo, 12 de agosto de 2007

el porque de las cosas...

Todo tiene un porque de ser... nadie hace algo porque simplemente lo hizo, nada se mueve por simplemente moverse, nada se cruza por la cabeza de alguien porque solo se cruzó. Entonces, ¿por qué hago este blog, por qué vuelvo a intentarlo, después de haber tratado varias veces de hacer uno y de cansarme en menos de una semana? Quizá porque siempre quise hacer uno, aún quiero, y espero ahora si seguirlo. Lo quiero seguir, más por mi que por quien me lea. Ese tal vez sea un porque, no se si el único, pero al menos es uno. ¿Y por qué el nombre, por qué caminos de tierra? Bueno, solo se me cruzó. Puede ser, pero entonces, hay una razón por la que se te cruzó por la cabeza. Los caminos de tierra... poceados, oscuros, sin señas... no, esa no es una gran definición, podría ser la ruta 60. No, los caminos de tierra de los que hablo tienen otras particularidades, tienen otra magia... Esos que cruzan la pampa, sin seguir un rumbo, llegando a algún lugar que vaya a saber quién alguna vez quiso llegar. Caminos que cruzan campos, que ocultan historias; que vieron vientos, parejas felices, jóvenes aventureros, cielos hermosos; caminos que siguen hasta el horizonte, pero terminan, demostrando que el horizonte, alguna vez, estuvo alli. Hablo de esos caminos por los que no pasan mil autos por hora, esos caminos que no son atravezados por la última y sofisticada tecnología. Esos caminos que sepultan tesoros que nunca se volvieron a buscar, y que nunca serán encontrados. Los caminos de soledad, donde se puede pensar, se puede hablar con la naturaleza, donde el mundo deja de existir para estar solamente el camino, y quien lo transita. Esos caminos que nunca encontrarás buscándolos, sino que te llegaran, cuando te equivoques al doblar, cuando intentes llegar a donde nunca llegaste, cuando simplemente quieras ir a un lugar, y crees vos el camino, que luego otros recorrerán sin saber bien a donde llega. Esos, para mi, son caminos de tierra. Y si me preguntan que tiene que ver con el blog... Bueno, no tiene nada que ver. Y tal vez por eso es que me gusto.

No hay comentarios.: