lunes, 30 de junio de 2008

Corta la cuerda..

Me da la impresión de que algunas cosas ya publique..

Cuentan que un andinista, desesperado por conquistar el Aconcagua, inició su travesía, después de años de preparación, pero quería la gloria para él sólo, por lo que subió sin compañeros. Empezó a subir y se fue haciendo la tarde, pero no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, decidido a llegar a la cima.
Oscureció y la noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna ni estrellas.
Subiendo a un acantilado, a sólo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires. caía a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces las manchas cada vez más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos los gratos momentos y no tan gratos de su vida, pensaba que iba a morir. sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos.
¡Si!, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.
En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no quedó más que gritar:
- "¡AYÚDAME DIOS MÍO!".
De repente una voz grave y profunda de los cielos contestó:
- "¿QUÉ QUIERES QUE HAGA YO HIJO MÍO?"
- Sálvame, Dios mío"
- "¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDO SALVAR?!"
- Por supuesto, Señor.
- "ENTONCES CORTA LA SOGA"
Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda...
Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con la manos a la cuerda... A TAN SÓLO DOS METROS DEL SUELO.

No hay comentarios.: