viernes, 26 de diciembre de 2008

Delirios..

Indeciso. Querer ir para allá. Pero allá no existe.
Dudar. Indeciso. Querer algo que no existe. Pero quererlo. Querer existe.
Extrañar… y alguna lágrima.
Realidad. Impotencia. Querer algo y estar indeciso.
Indeciso entre existir acá o existir allá. Donde yo no existo.

Fragmento de poema de los dones-Borges

Al errar por las lentas galerías
Suelo sentir con vago horror sagrado
Que soy el otro, el muerto, que habrá dado
Los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
De un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?

A un poeta menor de la antología-Borges

¿Dónde está la memoria de los días
que fueron tuyos en la tierra, y tejieron
dicha y dolor y fueron para ti el universo?
El río numerable de los años
los ha perdido; eres una palabra en un índice.
Dieron a otros gloria interminable los dioses,
inscripciones y exergos y monumentos y puntuales historiadores;
de ti sólo sabemos, oscuro amigo,
que oíste al ruiseñor, una tarde.
Entre los asfódelos de la sombra, tu vana sombra
pensará que los dioses han sido avaros.
Pero los días son una red de triviales miserias,
¿y habrá suerte mejor que la ceniza
de que está hecho el olvido?
Sobre otros arrojaron los dioses
la inexorable luz de la gloria, que mira las entrañas y enumera las grietas,
de la gloria, que acaba por ajar la rosa que venera;
contigo fueron más piadosos, hermano.
En el éxtasis de un atardecer que no será una noche,
oyes la voz del ruiseñor de Teócrito.

Arte poética-Borges

Mirar el río hecho de tiempo y agua

Y recordar que el tiempo es otro río,

Saber que nos perdemos como el río

Y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño

Que sueña no soñar y que la muerte

Que teme nuestra carne es esa muerte

De cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo

De los días del hombre y de sus años,

Convertir el ultraje de los años

En una música, un rumor y un símbolo,

Ver en la muerte el sueño, en el ocaso

Un triste oro, tal es la poesía

Que es inmortal y pobre.

La poesía

Vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara

Nos mira desde el fondo de un espejo;

El arte debe ser como ese espejo

Que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,

Lloró de amor al divisar su Itaca

Verde y humilde. El arte es esa Itaca

De verde eternidad, no de prodigios.T

ambién es como el río interminable

Que pasa y queda y es cristal de un mismo

Heráclito inconstante, que es el mismo

Y es otro, como el río interminable.

Mas nabidad-Caparros

Antes que nada, quiero agradecer a todos los que se interesaron por mi salud –mental, física, espiritual– en estas fiestas: sobre todo, a los cientos que comentaron en criticadigital.com mi columnita sobre la Nabidad. Muchos estuvieron de acuerdo, la mejoraron con aportes; muchos más expresaron su desacuerdo con entusiasmo arrollador. Como Carlitos, por ejemplo, sintético, directo: “Todo el mundo, toda la humanidad, celebra este día, y vos resentido de mierda destilás veneno por todos los poros. Pelotudo, si no te importara realmente la religión católica no le darías la pelota que le das en todas tus notas de mierda”. Vaya a saber quién es Carlitos: cuando les parezca, mis valientes, escriban con nombre y apellido, háganse cargo. Pero su respuesta sintetiza ciertos temas. Para empezar, la ignorancia: decir que “todo el mundo, toda la humanidad” celebra este día es una clara muestra del funcionamiento de quienes creen que “todo” es el patio de su casa: ni la China, ni la India ni tantos otros se conmueven por esta fiesta cristiana. Para seguir, la contumelia: dos mierdas y un pelotudo en cuatro líneas, un toque de elegancia. Para terminar, el argumento básico: si no te importaran mis notas de mierda, dulce Carlitos, podrías perfectamente no leerlas. En cambio yo –y de eso se trata todo esto– no puedo elegir “no darle pelota” a la religión católica. Hasta hace poco nos obligaban a creer con la cruz y la espada y Torquemada; ya no pueden, pero siguen imponiendo ideas y conceptos en las vidas de los que no creemos. De eso hablábamos, eso hicimos ayer. Y es lo que no parecen ver los numerosos conciliadores que dijeron –como Trepa– que “Nadie te obliga, ni la Iglesia, ni los curas ni nadie. Es simple, si no creés en la Navidad, esta noche cená como un día normal, mañana andá a laburar como un día normal y listo”. No es simple, Trepa, todos: claro que te obligan. El 25 de diciembre no es una fecha abierta a la elección individual. La celebración de una fiesta cristiana la convierte en un feriado nacional obligatorio –así lo llaman: “feriado nacional obligatorio”– para todos los argentinos, porque la Constitución dice, en su artículo segundo –lo segundo más importante que tiene para decir–, que “el Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano” –y hace sólo 14 años que acepta que el presidente no sea uno de ellos, y en varias provincias los chicos reciben educación religiosa en las escuelas públicas, y en muchas decisiones del Estado pesa la ideología de la Iglesia: ¿durante cuántas décadas consiguió que el divorcio, que tantos practicaban, estuviera formalmente prohibido? ¿Durante cuántas seguirá consiguiendo que el aborto, que los ricos practican sin problemas, esté fuera del alcance de los pobres porque el Estado lo prohíbe? Alfredo –que también, como otros, me “creía más inteligente”– me dice que le molesta “esa costumbre de darle al cristianismo sin asco; dale a los curas que son delincuentes, pederastas o que también fueron torturadores, a eso yo suscribo de una, dale a las estructuras eclesiásticas de poder, no tengo drama... ¿pero las creencias, Martín? Son como tus creencias en no creer, merecen al menos ser respetadas...”. He escrito muchas veces contra las creencias en general: contra cualquier discurso que se acepte sin discusión, sin dudas. El problema con las creencias es que son creencias: la aceptación de unas nociones que se basan en una verdad revelada, incomprensible para el común de los mortales: “Dios es uno en esencia y trino en figura”, dice, por ejemplo, un catecismo católico. Entonces se hace necesario que haya intermediarios entre esa verdad y sus creyentes, personas que la expliquen y que, al explicarla, ejercen sobre los otros el poder de decirles qué está bien y qué mal, cómo deben vivir: los sacerdotes, los banqueros, los secretarios generales del partido. Frente a lo desconocido, ante el miedo al dolor o a la muerte o al sinsentido, las religiones te convencen de que no vas a poder y entonces tenés que aceptar –creer– lo que te cuentan sin más comprobación: la creencia es la forma de resignarse a que otros piensen por vos. Es el mecanismo de poder más eficiente y más sinuoso, porque los que lo sufren se someten contentos, satisfechos. No se ofendan, muchachos, cada cual cree lo que quiere. Pero no hay ninguna razón para no tratar de pensarlo y entenderlo. Muchos me reprochan que “no respete sus creencias”. ¿En qué consiste respetar? ¿En no decir a mí me parece que eso que creen es una colección de inventos primitivos? ¿En no decir llevan miles de años obligando –sí, obligando– a tantos a creerlos? ¿En no decir son la máquina de dominación más perfecta que se ha inventado? ¿En callar lo que todos sabemos? Eso no es respeto, es sumisión o miedo. Yo, muy respetuosamente, digo lo que pienso –y la Iglesia de Roma ya no tiene el poder, que tuvo tanto tiempo, de quemarme por eso. Respetar a los creyentes no es callar, sino todo lo contrario. O si no, respetar al gobierno nacional, ¿es no decir que pienso que los Kirchner se equivocaron en tal y tal cosa, que nos engañan en tal y tal otra, que nos perjudican en esta y aquella? ¿No debería callarlo, según ustedes, por respeto a sus millones de votantes, sus numerosos creyentes? Eso no se llama respeto sino condescendencia o colaboración.(Y muchos me reprochan que no diga las mismas cosas sobre otras religiones. Las diría, claro, pero aquí la religión del poder es el cristianismo; aquí el judaísmo o el islam no definen políticas de Estado ni imponen sus prácticas al resto. Ahí está toda la diferencia.) Y, además, en el comentario de Alfredo, otra cuestión: lo grave no son los errores y excesos. Lo decisivo de la dictadura militar argentina no fue que algunos de sus integrantes secuestraran, torturaran y mataran; fue que tenía un plan general que incluía secuestrar, torturar y matar con el fin de rearmar de cabo a rabo a la sociedad argentina. Lo decisivo de la Iglesia católica no es que tenga curas que toquetean chicos u obispos que hacen malos negocios o capellanes que apoyan a asesinos; es que lleva dos mil años funcionando como modelo y sostén de todos los poderes. Porque es una institución que ha apoyado siempre a los reyes y dictadores más sangrientos, que ha torturado matado exterminado para mantener su monopolio, que ha reprimido sistemáticamente los avances técnicos y científicos, que se ha puesto siempre del lado del poder más reaccionario. Una institución que sigue funcionando como una teocracia absolutista, y que todavía excluye a las mujeres de cualquier lugar importante y las usa como personal subalterno. Hace 30 años, cuando empecé a estudiar seriamente a Voltaire, me apenaba que hubiera tenido que dedicar tantos esfuerzos a su combate con la Iglesia; parecía una lucha antigua, ya muy superada. Poco a poco fui descubriendo que no lo era. Es sorprendente que una institución que ha hecho todo lo que hizo la Iglesia de Roma tenga el apoyo que todavía tiene, pero así estamos. Por eso no quería terminar este mensaje nabideño sin citar in extenso a un lector que sí firma con su nombre, un señor Conrado Schwab: “Llega la Navidad y para los judíos como Caparrós es como que salga el sol para Drácula; así las bestias se alteran y sin autocontrol destilan demonio. Tenía yo un compañero de colegio secundario judío que llegaba esta época y pregonaba que Jesús había sido en su momento un hombre como Tu-Sam, vale decir, con poderes hipnóticos y habilidades especiales, pero nada más que eso. Lamentablemente aunque yo quiera, nunca podré ser un buen cristiano porque no puedo poner la otra mejilla para que peguen, ni rezar por los enemigos. Sí en cambio puedo ser como Winston Churchill, quien, refiriéndose a los nazis, dijo: ‘Cuando uno trata con la bestia, uno tiene que devenir en bestia’. Por otra parte, el Talmud enseña que a los enemigos –a diferencia de los Cristianos que rezan por su enemigos– se los debe maldecir y encomendar a los demonios. Así pues en esta Navidad 2008 yo no quiero ya rezar por los destructores de la humanidad. Prefiero maldecirlos, y por eso ardientemente deseo que los ángeles tomen este año a Caparrós y todos los enemigos del Cristianismo y les inyecten el virus o el carcinoma más agónico que Dios haya creado para matar de la manera más agónica a todo aquel blasfemo que maldice a Jesús”. Felicitaciones, señor Conrado: no es fácil representar con semejante precisión una cultura milenaria.

La nabidad-Caparrós

“Usted es terco, mire, vea. Así que usted no termina de convencerse de que si se porta bien y coge mal y va todos los domingos a una iglesia y se confiesa y cumple con sus penitencias después se va a pasar unos milenios en el tiempo compartido Paraíso con angelitos que le toquen el arpa sin cosquillas; no se convence, y sin embargo debe aceptar que en la Argentina no haya aborto legal porque los curas que sí lo creen no quieren esas cosas. O usted, impío, no imagina que, porque Cavallo violó el mandamiento que dice no robarás o su ex jefe Videla el de no matarás, vayan a pasarse los siglos de los siglos quemándose en un asado de sí mismos alimentado por diablitos; no lo imagina, y sin embargo tiene que bancarse que los curas decidan que no se pueden ver ciertas películas. O yo no quiero creer que un bebé nacido hace dos mil y pocos años de una madre virgen en un pesebre palestino caminara sobre las aguas los días que no resucitaba muertos o sacaba peces de la galera, y que después se hiciera matar para salvarnos de la condena eterna, inaugurando una lista interminable de suicidas heroicos que llega hasta los talibanes: me cuesta suponerlo y sin embargo este miércoles voy a cenar con una cantidad de parientes porque la iglesia católica apostólica ha establecido esa costumbre a partir de esas historias increíbles” –escribí hace muchos años en la revista Veintiuno, y todavía no consigo pensar demasiado distinto ni la realidad ha cambiado suficiente como para hacerme cambiar un par de comas. Sigo pensando: que la prueba de la victoria de una idea es que condicione las vidas de los que no creen en ella. Y que si hay algo que triunfó en este mundo, mucho más que cualquier globalización o rocanrol o fútbol pasión de multitudes o mcdonald’s en flor es la iglesia católica y su mitología. La Nabidad es el monumento a ese éxito: el día en todos se lo festejamos y le decimos biba biba. –¡Feliz nabidad, mi querido! –¿Usted quiere decir que el recuerdo del nacimiento de un bebé palestino que quizás haya existido aunque seguro que no como lo cuentan me dé satisfacción, bonanza y regocijo? ¿O que me convenza de que toda esa gente que no soporto, mis vecinos mis compañeros de trabajo mis parientes mis clientes los hinchas de sportivo cambaceres los políticos los patrones los banqueros de últimas son buenos y tengo que quererlos? ¿O que me lance a consumir desesperadamente para tener por unos días la ilusión de que yo también soy uno de esos que hacen esas cosas? ¿O que imagine que a partir de la semana próxima todo cambiará y se abrirá un ciclo distinto en mi vida donde yo voy a ser otro y todo va a ser distinto brillante inmejorable? ¿O que crea en la importancia de la bondad universal porque si no lo llego a creer me voy a quemar para siempre en las llamas del infierno? ¿O que me haga el boludo y me calle y cante con el coro…? Lo dicho: la Nabidad es el tributo que le rendimos cada año a la potencia increíble de una ideología que triunfó. El momento en que todos funcionamos a partir de un conjunto de relatos y pautas de conducta que inventaron unos sacerdotes a lo largo de doscientos o trescientos años hace casi dos mil –y cuyos continuadores civiles y militares supieron imponerlos con la cruz y la espada y algún fuego y la decisión inquebrantable de decidir lo que podíamos y, sobre todo, lo que no podíamos hacer con nuestras vidas. Una cosa sería que los cristianos celebraran su fiesta, como los judíos iom kippur o los musulmanes ramadán. Otra, que todos todos todos sigamos su ritual. Aunque no pensamos en eso cada año, cuando la Nabidad. No hay nada más exitoso que una ideología que ya no parece ni siquiera serlo, sino lo normal, lo ¿natural? Es enternecedor ver cómo y cuánto lo aceptamos, cómo y cuánto lo actuamos: forma parte de nuestras vidas de un modo inseparable, y muchos se ofenderían si les preguntáramos por qué rinden culto, todavía, a un conjunto de mitos palestinos. Así que no lo haremos, y esta noche festejaremos con espuma y pan dulce la constancia de una leyenda antigua. Muy feliz nabidad, salaam aleko –y que el Señor nos coja confesados.

Ultima-Peña

Se acerca el fin del año, ese fin del año marcado por la civilización. El fin del año para que la vida no se nos haga eterna, larga y chiclosa, el fin del año para ordenar un poco en etapas, en épocas, en fechas, en días, en horas todo lo que nos pasa. La vida es como una película en velocidad rápida. Para entenderla hay que detenerla un poco a veces y poner pausa; eso es tomarse unas vacaciones en un lugar desierto, calmo, ponerse en contacto con la naturaleza y con el universo para recuperar fuerzas, para recomponer la cabeza, llenarla de agua, arena, montañas y árboles. También por momentos tenemos que recurrir a la función de cámara lenta para digerirla tranquilos, para no empacharnos con la vida; eso es cuando durante el día parás un poco, te tomás un baño de inmersión, vas al cine a las tres de la tarde un día de semana, te tomás un vinito, te fumás un puchito, o simplemente salís a caminar sin destino fijo y sin tiempos. Pero a veces definitivamente es necesario partirla en porciones, dividirla en partes para no atragantarnos, para no atorarnos. Para eso sirven estas fechas y muchas otras más que van haciendo que la vida se nos presente en pedazos, para que se deje vivir y no nos mate, no nos atropelle con su inmensidad. Es el momento en el que todo el mundo habla de balances, las revistas y los diarios nos aburren y nos aturden con sus publicaciones de lo mejor y lo peor, lo más triste, lo más alegre, la mayor tragedia, el menor logro, el primero, el último, el más vendido, la más santa, la más puta, el más largo, la más corta, el más millonario, la mujer del año, el hombre del año... y no nos olvidemos de la pelotudez del 2 de enero cuando a cada rato nos torturan con el primer bebé del año 2009, el primer muerto, el primer robo, el primer quemado, el primer tuerto, el primer topless o la primera cirugía estética. También es una buena oportunidad para que los que todavía no lograron lo que querían de sus vidas piensen o tengan la ilusión del año que viene... Año nuevo, vida nueva; las resoluciones ridículas que duran lo que un pedo en una canasta, apenas se sostienen unos días y mueren definitivamente en abril. Pero lo que más me sorprende es que hablemos de balances, como si la vida fuera un asiento contable, un libro de entradas y salidas, columnas de débito y crédito. Y tal vez es porque un poco de eso tiene. Es finita, seguro. Se termina... por lo menos acá, la conocida y vivida otra vez por nosotros, sí, se termina. Las fechas, las horas, los días, los minutos, los cumpleaños, los aniversarios, las Pascuas, los 25 de Mayo, los días de..., las navidades y los fines de cada año nos s i r ven par a que nos demos cuenta de que la vida no está quieta, nos acordemos de que el tiempo corre, no sé cuán rápido, pero corre, seguro que corre. Cuántas veces hemos tomado como marcador lo que estábamos haciendo o dónde estábamos en tal o cual de esas fechas importantes, que nos marcan, nos sacuden, nos chasquean los dedos en frente de los ojos como diciéndonos que pasó un año, dos o tres o cuatro... a veces diez. ¿Qué estabas haciendo cuando chocaron los aviones contra las torres? ¿Qué estabas haciendo cuando De la Rúa se escapaba en el helicóptero? Son algunas de las buenas referencias para que te des cuenta de cómo eras, dónde estabas y cuánto tiempo pasó ya. Hay miles de acontecimientos mundiales, de llamadores de atención para que nos demos cuenta de cómo la vida nos pasa, de cómo el tiempo corre, de que somos como artículos de supermercado en la cinta transportadora, esa cinta que corre, corre, sin correr, es imperceptible casi... pero corre, sin prisa pero también sin pausa. La semana pasada fui a tomar algo al piso 48 del hotel Marriot Marquis en Nueva York. El lugar se llama The View. Tiene una de las vistas más impactantes de Manhattan. Llegamos y nos escoltaron a una mesa, nos sentamos y empezamos a tomar tragos... y tomábamos... y tomábamos... y tomábamos... y en eso noté que la vista no era siempr e la misma... al principio pensé que estaba en pedo... y después . . . no... no... no, la vista no era la misma... el lugar estaba girando... era un piso giratorio. Nunca nos habíamos dado cuenta del movimiento, era muy lento... lentísimo... pero giraba... se movía... corría... pasaba... pasábamos... una y otra vez por los mismos lugares... vivíamos... otra vez lo mismo... y oootra vez... y ooootra vez... y se movía... y daba la vuelta lenta... y giraba... y pasaba... y hablábamos. Le pregunté a uno de los mozos cuánto tardaba en dar la vuelta entera y me contestó que una hora... y giraba y hablábamos y giraba y hablábamos y pasaron tres horas. Me di cuenta cuando vi el Empire State por tercera vez... Me desperté, me di cuenta del paso del tiempo, me llamó la atencion, me marcó y sugerí la partida. Tres horas para mí, es mucho tiempo para cualquier cosa... Cuidado con el tiempo, prestale atención, hacé como cuando eras chiquito y tu papá o tu mamá te decían: “Ves esta agujita... bueno, cuando llegue acá van a ser las doce”. No sé cuántos años nuevos me quedan y vos tampoco sabés cuántos te quedan. Me es difícil definir si estas fechas son tontas o si los tontos somos nosotros, que en cierta forma necesitamos de ellas para despertar, para tomar conciencia del tiempo, de los balances, del qué hice, del dónde estaba ciando, de cuánto tiempo ya pasó... del primero, del último, del mejor, del peor, etcétera. Pero por suerte estas fechas tontas, si se quieren, nos recuerdan indefectiblemente y a pesar de nuestras defensas que lentamente la vida va girando, como el piso 48 del Marriot... Podés intelectualizar el año nuevo, hacerlo cool, cagarte en las fechas... pero hasta mientras le quitas importancia al paso del año y de las fechas, la vida va pasando... y vendrá otro Día del Padre... aunque no contemos con vos, o conmigo. Hace muchos años, cuando practicaba gimnasia artística en el colegio con el profesor Guillermo Spikerman, no lograba hacer un buen flip flap, y no me salía, y no me salía, de pronto sonó el timbre y se acabó la clase. Me acerqué a Spikerman y le dije que me dejara intentar la última. La hice... y no me salió. Tampoco. Spikerman se me acercó y, mirándome fijo, me dijo: “En esto nunca digas la última porque un día puede ser la última...”. Me quedo para siempre. Pero a veces hay últimas, porque más allá de que sea una frase hecha, el tiempo pasa y ésta es la última... Espero haberlos hecho rabiar, emocionar, divertir y hasta aburrir porque de eso se trata todo... Señores, si tenemos la suerte de estar vivos les digo hasta el año que viene... Adiós.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Los organizadores del olvido-Gelman

Soy padre de un hijo de 20 años secuestrado, torturado, asesinado en 1976 por la más reciente dictadura militar argentina, que también desapareció sus restos. Fueron hallados, gracias a la infatigable labor del Equipo Argentino de Antropología Forense, 13 años después. Soy suegro de su esposa, secuestrada cuando tenía 19 años, trasladada de Buenos Aires a Montevideo encinta de ocho meses y medio y asesinada por la dictadura militar uruguaya dos meses después de dar a luz. Sigue desaparecida y su hija fue entregada a un policía de matrimonio estéril. Soy abuelo de una nieta de la que me robaron sus primeros 23 años de vida y que mi mujer, Mara La Madrid, que no es la madre de mis hijos, y yo buscamos y encontramos al cabo de una larga investigación. Nada de esto hubiera sido posible sin el testimonio oral de sobrevivientes uruguayos y argentinos, sin expedientes judiciales y aun militares, sin ese archivo tan particular que es el banco de datos sanguíneos de familiares de desaparecidos del Hospital Durand de Buenos Aires, sin una campaña internacional de denuncia que tuvo la solidaridad de decenas de miles de poetas, escritores, artistas y gente de a pie de 122 países, sin libros, sin documentos, sin Internet, sin videos y, sobre todo, sin la voluntad imperiosa de encontrar la verdad.Hablo desde la experiencia argentina. ¿Por dónde empezar? ¿Por la madre de un desaparecido que año tras año y día tras día arreglaba el cuarto de su hijo y a la noche le preparaba la sopa que él solía tomar al regreso del trabajo? La sopa se enfriaba en la mesa sin remedio. ¿Por el sueño de la hija de una desaparecida? Este sueño: "Mamá vive en el departamento de la calle 47. Voy a visitarla. Tengo miedo de que me abrace y al hacerlo se convierta en fantasma". Ha pasado mucho tiempo desde la de-saparición de ese hijo y de esa madre, pero no hay final del duelo todavía. No lo habrá mientras no se encuentren sus restos y descansen en un lugar de recuerdo y homenaje. No lo habrá mientras esa madre y esa hija no sepan toda la verdad sobre su sufrimiento. No lo habrá mientras esa verdad no conduzca a la Justicia.El infierno no termina cuando se cierran las puertas del campo de concentración y los hornos se apagan: hace un cuarto de siglo que cesó el infierno militar en la Argentina y centenares de miles de personas –hijos, padres, hermanos, familiares, amigos de los desaparecidos– viven esa segunda parte del infierno que crepita en la memoria y no hay modo de apagar. "Desde entonces, a una hora incierta/esa agonía vuelve/y hasta que mi cuento espantoso sea contado/mi corazón sigue quemándose en mí", dice el viejo marinero de un poema de Coleridge que recordó Primo Levi. Para muchos argentinos, uruguayos, chilenos, centroamericanos y nacionales de tantas otras latitudes del mundo esa estrofa poética es vida real y quema cada día."En nuestro país el olvido corre más ligero que la Historia", dijo el escritor Adolfo Bioy Casares. Pues no sólo en la Argentina. Desaparecen los dictadores de la escena y aparecen inmediatamente los organizadores del olvido. "¿Para qué renovar las penas? –dice Ismene a Edipo–. El dolor se sufre al recibir las penas y se vuelve a sufrir al recordarlas." El Día de Muertos, el pueblo mexicano acude a los cementerios, se sienta alrededor de sus difuntos, toca la guitarra y les canta, les pide que sigan muriendo en paz y que dejen en paz a los vivos para que los recuerden sin terrores. Pero los familiares de los desaparecidos no tienen dónde hablarles y ellos son fantasmas inciertos que vuelven a doler en la memoria."Los padres quedaron sin hijos y no terminan sus quejas. Conocen al fin cuál es el dolor total sin remedio", dice Esquilo. ¿Cada recuerdo trae un dolor que se amontona, capa sobre capa, y se convierte en una geología del dolor? ¿Es posible dialogar con el dolor, fingir que tiene rostro y que no es una potencia que viene y va y protesta contra la muerte del ser querido y le da cuerpo y la afirma negándola? ¿La locura sería la última puerta del dolor, una manera de convertirse en dolor para no padecerlo y desaparecer en el dolor? ¿No será ésa una forma de fundirse con la víctima y así morir con ella? Los familiares de los desaparecidos están en otro lugar. "Un loco, solamente un loco que perdió la mente olvidar puede la muerte de su padre", dice Electra. O la muerte de un hijo. No es ésa la locura de los familiares: su única "locura" consiste en exigir verdad para las víctimas y justicia para los victimarios. Es un camino lleno de obstáculos con los que se tropieza día a día. Los comisarios del olvido tienen recursos y conocen su trabajo.Un pacto de silencio sella la boca de los militares argentinos, con pocas excepciones. Cuando sus camaradas conocen que alguno está dispuesto a hablar, lo callan con una buena dosis de cianuro: le ocurrió al prefecto naval Héctor Febres, a punto de ser condenado por los crímenes que cometió durante la dictadura militar. O desaparecen a testigos importantes de los juicios por delitos de lesa humanidad, como desaparecieron a Julio López, para agitar el miedo en las víctimas testimoniantes. La policía facilita la huida del represor atrapado o quema archivos de sus operaciones. La jerarquía de la Iglesia Católica argentina que, a diferencia de la chilena, santificó la matanza –un obispo del Vicariato llegó a decir "cuando hay derramamiento de sangre, hay redención"–, la jerarquía de la Iglesia Católica argentina, que ordenó tranquilizar a militares desasosegados porque venían de tirar prisioneros vivos al océano, se niega a abrir sus muy prolijos archivos de la época, que permitirían recuperar al menos los restos de numerosos desaparecidos.Ciertos jueces, ciertos fiscales y ciertas instancias judiciales como la Corte de Casación argentina encajonan procesos contra los represores, quienes pueden quedar en libertad por la falta de sentencia. Y lo peor, verdaderamente lo peor, es la perversión que mancha a sectores políticos y sociales que, de un modo o de otro, por acción o por omisión, fueron cómplices de la matanza y callan lo que saben y niegan al Otro lo que saben. Y luego, por qué omitirlo, la actitud pasiva de ciertos familiares que, ante todo por falta de medios, y luego por desánimo, cansancio, resignación, desesperanza o temor, todavía temor, depositan su no hacer en los organismos de derechos humanos. Y también, por qué omitirlo, ciertos organismos argentinos de derechos humanos que burocratizan el dolor o militan contra la búsqueda de los restos de los desaparecidos "para que sigan con sus compañeritos". Así hacen tabla rasa de la historia personal de las víctimas y del lugar que ocuparon en la historia. Es la continuidad civil, bajo otras formas, del pensamiento militar.La voluntad de corregir la memoria, como es notorio, viene de muy lejos. En el siglo V antes de Cristo, la sangrienta oligarquía de los Treinta prohibió en Atenas por decreto recordar la derrota militar que le infligiera Esparta. Cada ciudadano fue obligado a pronunciar el juramento "No recordaré las desgracias". Pasan los siglos y los vencedores siguen reorganizando el pasado a voluntad. En el año de gracia de 1040 el monje Arnold von Saint Emmeram explicaba así el método que había elegido para escribir la historia del ducado de Baviera: "No sólo es pertinente que las nuevas cosas modifiquen las viejas; también es correcto, si las viejas son desordenadas, el de-secharlas por completo, e incluso, aunque estén bien ordenadas pero sean poco útiles, el enterrarlas con reverencia". La voz de los vencidos es "desordenada y poco útil" en los manuales de historia al uso, cuyo marco de referencia esencial es el Estado. Numerosas víctimas de crímenes contra la humanidad fueron y son carne de olvido, "ese acuerdo con aquello que se oculta", al decir de Blanchot. Los que falsifican la historia así, falsifican la vida y están presentes y activas las antiguas herencias de nuestra tan moderna, o posmoderna, civilización occidental, en la que los extraordinarios avances tecnológicos conviven o malviven codo a codo con genocidios nunca vistos.Proliferan las teorías sobre la historia como relato y otras sobre todo lo contrario. De lo primero hay pruebas más que suficientes, algunas francamente ridículas. La historia del Partido Comunista soviético ha sufrido continuos liftings con el correr del tiempo y se convirtió en un acto de predicción del pasado. Es famosa la fotografía del estado mayor bolchevique tomada días después del triunfo de la Revolución Rusa, con Lenin en el centro, a su derecha una escalera y luego Stalin. El lugar de la escalera lo ocupaba Trotski, excomulgado por el Termidor stalinista. El acto tiene pretensiones mágicas y la voluntad de abolir la historia. De ahí la importancia fundamental de los archivos de la memoria. De ahí la importancia fundamental de esta reunión. La pretensión de mutilar la memoria cívica de todos los días corrompe su salud y despeja el camino a nuevos autoritarismos.El imperativo moral de la memoria colectiva tiene hoy más urgencia que nunca y no faltaron en la Argentina y en otros países quienes entendieron esto muy temprano y crearon y ordenaron personalmente, sin apoyo oficial alguno y movidos por su moral ciudadana, informaciones utilísimas que se pueden ver por Internet. Estos archivos contribuyen a deshacer las artimañas de los asesinos de la memoria, como ésas que pretenden que no hubo cámaras de gas y que el primer pueblo ocupado por el nazismo fue el pueblo alemán. Si queremos que la barbarie no se repita y pase al reino del nunca más, no deberían, creo, ser archivos mudos para la sociedad civil y viceversa: habría que acercar sus contenidos a sectores sociales y políticos en los que hay no poco a despejar todavía.¿Y se podrá alguna vez despejar mentes en el estamento militar para que obedezcan a lo ético y opongan la desobediencia debida a órdenes criminales? El capitán de navío Juan Carlos Rolón, miembro de un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada de Buenos Aires donde la marina desapareció a 5000 personas, declaró impávido: "Nos enseñaron que la tortura era una forma moral de combatir al enemigo". Se recuerda el diálogo que Hannah Arendt sostuvo con un oficial nazi que admitió haber gaseado y enterrado a prisioneros con vida en el campo de concentración de Maidanek. La pregunta de la filósofa: "¿Se da cuenta de que los rusos lo van a colgar!". La respuesta del nazi: "¿Por qué? ¿Yo qué hice?".Las dictaduras suprimen el testimonio de las víctimas, pero llevan sus propios archivos. En Auschwitz hay gruesos volúmenes que registran la muerte de los prisioneros gaseados. En la primera columna de cada página figuran el nombre, la edad y la nacionalidad de la víctima; en las dos restantes, hora y causa de la muerte. La hora es la misma a lo largo de páginas enteras, las 8.15, o las 8.30 o las 9.00 de la mañana. También se repite la causa de la muerte, "influenza" casi siempre. Este no es sólo un acto burocrático; sustituye la vida por una mentira de papel y muestra abismos de la condición humana. Se impone abrir esa clase de archivos. Pero ésta es una decisión de Estado y, lamentablemente, todavía hay gobiernos democráticos que no se atreven a disponer que se dé ese paso indispensable. Los familiares de los desaparecidos sólo conocen la dolorosa mitad del crimen. La otra yace oculta, custodiada por centinelas militares, policiales, eclesiásticos. Jacques Derrida habló del "mal de archivo", pero ésos son los archivos del mal.Que se me perdone la insistencia en subrayar la importancia de los testimonios orales, vehículos de una memoria que en ocasiones se transmite de generación en generación. Frente a Panamá –narra el periodista José María Pasquini Durán– hay una isla llamada San Blas en la que vive una etnia indígena. Una vez al año todos se reúnen y los ancianos cuentan a los jóvenes la historia de la etnia, que arranca del casamiento del Sol con la Luna, para que su memoria perdure. Los jóvenes comenzaron a emigrar y a quedarse en Panamá, pero mandan grabadoras a la isla para registrar el relato de los ancianos. Ahora la maravillosa historia que comienza con el Sol y la Luna está en casete y los jóvenes lo tienen en su casa entre los discos más recientes de pop norteamericano. Menciono esto porque en muchas sociedades del mundo no hay casete todavía.En el año 1987 seguía yo exiliado en Francia y el diario recién nacido entonces para el que trabajo, Página/12, me pidió que cubriera el proceso a Klaus Barbie, el ex jefe de la Gestapo en Lyon, bautizado "El carnicero". A una víctima que le detallaba sus crímenes, Barbie dijo: "Yo no me acuerdo de nada. Si se acuerdan ustedes, el problema es de ustedes". Efectivamente: recordar y denunciar los crímenes contra la humanidad y exigir su castigo es un problema nuestro.

martes, 23 de diciembre de 2008

Sobremesa

La mesa mostraba los restos de la cena y por encima comenzaba con frases hechas la batalla de sordos que se transformaba en gritos y cada uno escuchaba lo que quería que el otro comprendiese.
La discusión de sobremesa muere entre cafés y bromas, y aunque no de todas formas todos saben que no cambiaran (en ese lugar) el mundo (quizás algún joven crea que sí)(con razón) y el aire familiar aplaca el intento de imponer frases hechas.
En otro lugar, los generales sordos entenderán rápidamente que la única solución para lograr su ideal prefabricado es matar (o, bondadosamente, someter) al otro.
Quizás sordo sea solo el que no aprendió a escuchar…
Si todos aprendiéramos a escuchar en las sobremesas…

*Joven, como decía el nick de una amiga, es el que tiene más ilusiones que recuerdos.

Contigo soledad...

¿Cómo estás, soledad? Aún callas como lo hacías ayer, pero ahora es tu silencio todo lo que escucho. ¿Es solo mi mente la que ve todo esto que fui? Imágenes que se superponen, y todo lo que me hizo vivir esta acá, ahora, pero en el fondo mis ojos siguen viendo lo que los demás ven: la realidad. Una realidad.
Una música tenue me envuelve, caen los párpados, y estoy ya a miles de segundos de distancia, y otra vez estamos los dos, vos y yo soledad, pero estoy por hablar, me hablan, hola amigo, hola vida.
¿Dónde estoy, soledad? ¿Siempre estuviste conmigo? Debería haber aprendido a escuchar tus silencios mucho antes, cuando la muerte no desaparecía en mí al darme un abrazo; cuando creía entenderlos… pero nunca me entendí a mí.
Quizás somos los mismos, vos y yo, y todos estos momentos. Somos (ser) uno perdido en miles de realidades, y tiempos y espacios, y sueños, y una vida es uno, y miles de vidas ahora laten por todos lados.
Y yo recién lo descubro.
Yo (todo yo) dispuesto a seguir…

Fútbol..

Si no fueron hinchas de Tigre por un segundo, no les gusta el fútbol..

lunes, 22 de diciembre de 2008

La argentina vip-La peleadora

Esa vocación por el patriotismo cholulo que tienen los medios argentinos me enferma la cabeza.¿A mí qué me importa si la saltadora con garrocha rumana tuvo un romance con un argentino? ¿O qué clase de enfoque ridículo y egoísta es avisar que no había nadie de este país en el avión que se estrelló de Spanair? ¡”La argentina que se casó con Matt Damon” fue mamá otra vez! ¡Robert Duvall se casó con una argentina! ¡Los argentinos que sobrevivieron al tsnunami! ¡O peor todavía! ¡Habla en vivo y en directo el argentino que vio la caída de las torres gemelas!
Digo yo ¿Son infradotados? ¿Qué diferencia hay entre el miedo de un argentino y el de un uruguayo? Una cosa es que nos interese que un argentino gane una medalla en ciclismo, porque los deportistas olímpicos, son, de alguna forma, una suerte de gladiadores modernos que defienden el virtuosismo de cada pueblo. ¿Pero por qué me importaría más que se ahogue un argentino que un holandés? Para alguien que vive en Capital Federal, la gente que vive en La Quiaca es igual a la que vive en Holanda. Igual de lejana. Igual de desconocida. E igual de humana.

La rectora del Acosta-Critica digital

A dónde iremos a parar!? La autoridad, la jerarquía, como se atreven a pensar que los directores pueden ser algo más parecido a una persona en vez de a un ente!? Tal vez solo es que se confundió el autor de los protocolos.. aunque al pro le gusten.. son más claras las reglas escritas en un papel con letra times que entender a un chico, no?


Fuerte apoyo a la rectora que supo jugar

Los alumnos colgaron un video en la web. El ministro Narodowski reclamó “moral y autoridad” y estalló la polémica. Chicos, padres y sindicalistas lo llamaron “fascista”
Secciones

Conferencia de prensa. La rectora junto a los gremios docentes, a los padres y a los alumnos explicó sus razones. Abajo, las secuencias del video de una fiesta en paz.
Una fuerte reacción de alumnos, padres, colegas y sindicalistas docentes evitó que la rectora de la Escuela Normal Superior Nº 2 “Mariano Acosta” perdiera su puesto por jugar con los chicos que terminaban quinto año. La difusión, el jueves último, de un video donde se ve a Raquel Papalardo en el patio del colegio mojando con agua –y en plan lúdico– a un grupo de alumnos de quinto año escandalizó en un principio a las autoridades del Ministerio de Educación porteño: “Es un hecho que será desplazada de su puesto”, dijo su titular, Mariano Narodowski, el mismo jueves. Sin embargo, con el correr del día de ayer, y después una conferencia de prensa en la que la comunidad del Acosta y los sindicatos se solidarizaron con Papalardo, el ministro dio marcha atrás: sólo dispuso que una junta disciplinaria evalúe la posibilidad de abrirle a Papalardo un sumario administrativo. Para Mariano Narodowski, la actitud de la rectora es cuestionable porque pone en jaque su autoridad. Pero Papalardo sostuvo que sólo se trata de una “persecución política” en su contra. De hecho, estas sospechas llevaron a Gustavo Lesbergueris, defensor adjunto de Educación de la Defensoría del Pueblo porteño, a iniciar una investigación de oficio para conocer los motivos y los alcances de la medida dispuesta por el Ministerio de Educación. Al margen del trámite administrativo, la noticia cobró vida propia y abrió un debate: ¿puede un juego hacer tambalear la autoridad? ¿Cómo se ejercen las jerarquías dentro de una escuela? Según Narodowski –ex alumno del Acosta–, Papalardo “rompió la asimetría entre docentes y alumnos”. NO ES LO MISMO. “Mariano Acosta, Despedida a 5°, Papalardo participa”. Así se llama el video que colgaron los estudiantes en la página web YouTube. En la filmación –que ya no está disponible en el portal– podía verse a un grupo de jóvenes celebrando a manguerazos el final de la cursada. Para dar por terminado el festejo de un modo amable, Papalardo –quien tiene 32 años de antigüedad en el colegio– tomó la manguera y mojó a los chicos. Poco después, los alumnos abrazaron a la docente. El video fue acercado al Ministerio de Educación por dos padres de la escuela, que se mostraban preocupados por la actitud de la directora. Narodowski les dio –y les sigue dando– la razón. “La figura de un rector de una escuela secundaria tiene que generar una autoridad legítima y confiable”, advirtió ayer. Para Papalardo, en cambio, el juego de agua no pone en discusión su legitimidad. “Narodowski no tiene idea de lo que es la autoridad –dijo a Crítica de la Argentina–. La autoridad pasa por la confianza, la solidaridad, el cariño y el respaldo hacia los alumnos. No la perdí por haber hecho lo que hice. Al revés: reforcé la autoridad porque hay muchos chicos que, a pesar de haber terminado las clases, están hoy de nuevo en la escuela. Es una persecución política, ya han intentando separarme de mi cargo por otras causas.” Dos días atrás, Papalardo había ganado un concurso para ser supervisora de escuelas normales. Si la separan de su cargo como directora, advierte, no podrá asumir su nueva función. “Alguien no quiere que ascienda de cargo”, dice. No es la primera vez que el Mariano Acosta está en los medios. El 23 de julio de 2008, la realidad del colegio se hizo pública cuando un grupo de estudiantes secundarios ocupó las instalaciones esgrimiendo reclamos, principalmente el que aludía al recorte del Ministerio de Educación a las becas escolares. En aquel momento, Juan Luis Quesada –estudiante– le dio a Crítica de la Argentina una opinión que hoy habilita una lectura política: “Los directivos y docentes de la escuela acompañan nuestro reclamo y están de acuerdo con que nos manifestemos de esta manera”, dijo. Para muchos la reprimenda puede ser una respuesta oficial, y atrasada, a las protestas de mediados de año. “Esta escuela no comparte los mismos valores que el ministro".


Macri aconsejó a la rectora del Acosta
Mauricio Macri le reprochó públicamente a la rectora del colegio Mariano Acosta haber "convocado" a gremialistas de CTERA y de UTE, luego del sumario que le inició su administración por haber mojado a alumnos de 5º año con una manguera de bomberos, y consideró que "Raquelita (Papalardo) se bandeó para la política"."Ella, como directora de la escuela, tendría que haberse quedado diciendo: 'Bueno, voy a confiar que el gobierno va a entender que se me fue un poquito la mano, me apendejé por un rato, me puse a jugar con los chicos', pero no ponerse a hacer política y convocar al gremio. Me parece que se fue para el otro lado", advirtió el jefe de Gobierno porteño.El funcionario habló con radio Mitre, luego de que el principal gremio docente, UTE-CTERA, amenazara para esta semana marchar a la Jefatura de Gobierno en defensa de Papalardo si el ministerio de Educación porteño no suspende el sumario que le inició por haber jugado con agua en la despedida de los estudiantes.Tras la difusión del video en YouTube con esas imágenes y la reacción del gobierno de Macri, la rectora del Mariano Acosta aseguró que no pensaba renunciar y denunció "persecución" de las autoridades porteñas en su contra."Si tocan a Papalardo nos tocan a todos", avisó Eduardo López, secretario gremial de UTE-CTERA y titular electo, mientras que el dirigente de UTE, Francisco Nenna, acusó al gobierno de Macri de llevar adelante una "política fascista".En sus declaraciones de esta mañana, el titular de PRO dejó en claro su postura sobre este tema: "Me parece que Raquelita se bandeó para la política", enfatizó."No me parece bien que la docente convoque a los dos sindicalistas que están totalmente en conflicto, totalmente politizados con la Ciudad, que son Nenna y López, para hablarle a la prensa", se molestó el jefe comunal.Macri defendió la actuación en este tema de su ministro de Educación, Mariano Narodowski, quien le inició un sumario administrativo a Papalardo."Yo querría ver si a mi abuela, si estuviese hoy escuchando, o a tu abuela le parecería bien que nosotros no hiciéramos nada frente a que (una directora de escuela) agarre la manguera de los bomberos, (y protagonice un episodio) que pudo haber salido mal", subrayó.En una conferencia de prensa convocada en la sede del colegio, la docente explicó que los estudiantes de quinto año "simplemente habían tomado una manguera de los bomberos y yo se las saqué para terminar con la despedida", en "un contexto de fiesta, sin daños".

viernes, 19 de diciembre de 2008

Defensa del gordo-Reynaldo Sietecase

¿A quién le toca este año? La pregunta atraviesa a muchas familias como un mandato temido y entrañable. Es un papel difícil. El público es muy exigente. Cualquier error de interpretación podría desencadenar una catástrofe. Un tsunami de llantos. En general, si no se consigue voluntario, la tarea recae en el adulto con más hijos o en el tío soltero siempre dispuesto a congraciarse con todos. Ser Papá Noel no admite pasos en falso. Algunos lo disfrutan y no aceptan relevos. Es como ser Alfredo Alcón por unas horas. Otros le escapan. A falta de valientes, a veces les toca a las mujeres de la casa encarar al personaje. Más allá de cualquier discusión, está claro que se trata de un rito de la ilusión. Y todo vale. Las voces cavernosas o el silencio. Las barbas falsas y los almohadones. La aparición lejana en la terraza o la irrupción sorpresiva en un balcón, con la luz baja. El verdadero San Nicolás era un obispo de origen griego nacido en el año 280 en la ciudad de Patara, Licia, actualmente Turquía. La versión que sostienen los creyentes asegura que Nicolás, que provenía de una familia adinerada, descubrió su amor por Dios muy joven. Se hizo sacerdote a los 19 años y llegó a obispo. Se le atribuyen diversos milagros. Incluso, dicen que resucitó a un marinero. En su camino a la santidad, el llamado “obispo de los niños” se dedicó a repartir la fortuna familiar entre niños y adolescentes pobres. A tres niñas pobres que no tenían dote para casarse, les dejó dinero en las medias que éstas habían colgado en la ventana para secarse. De allí vino la costumbre de colgar las medias para recibir sorpresas.Con el tiempo, cualquier regalo imprevisto fue atribuido a San Nicolás. La leyenda se extendió primero por el Oriente católico y luego llegó a todos los países de Europa. Las Iglesias para honrar “al santo de los regalos” se hicieron muy populares. San Nicolás fue declarado patrono de Grecia, Turquía, Rusia y Lorena. Las imágenes que lo recuerdan lo muestran como un hombre alto, de larga barba, vestido de blanco. Esa figura se mezcló luego con las creencias nórdicas del Padre Invierno y “los abuelos generosos” de Alemania. El personaje estaba a punto de caramelo. Los colonos holandeses lo llevaron en sus relatos a los Estados Unidos. A comienzos del siglo XIX, el escritor Washington Irving le quitó sus ropas clericales y lo convirtió en “el guardián de Nueva York” (que era la Nueva Amsterdam): un holandés amable y bonachón. Sinter Klaas (en holandés San Nicolás) que en poco tiempo pasó a ser el Santa Claus del mundo anglosajón.El primero que lo dibujó fue el alemán Thomas Nast, en 1862. Ganó barriga y perdió religiosidad. Volvió a Europa para fusionarse con Father Christmas, que ya era popular entre los ingleses. En Francia, el Padre Navidad se convirtió en Papá Noel (Navidad en francés) y con ese nombre llegó primero a España y después a toda Hispanoamérica. Así tuvimos un anticipo del realismo mágico: un gordo abrigado hasta el cuello con gorro y botas, cuyo domicilio conocido es el Polo Norte, recorriendo el Caribe, Manaos, Formosa o el Bajo Flores al mando de un trineo con ocho renos. En las grandes ciudades del litoral argentino, los inmigrantes europeos le dieron una mano. No tenían chimeneas pero sostuvieron el mito de sus padres a fuerza de algodón para simular la nieve y fruta seca y budines deglutidos con 40 grados de temperatura a la sombra. Con esos aliados, Papá Noel se convirtió en imbatible. Pocos meses antes de morir, el maestro Osvaldo Soriano me mandó una postal con un Papá Noel gordo, con su traje rojo, su barba blanca, bebiendo una botella de Coca-Cola. En 1986 había escrito una crónica imperdible sobre esa bebida (“Historia de un símbolo del capitalismo moderno”) para la revista Crisis. Ocurre que en pleno siglo XX la empresa le encargó al pintor Habdon Sundblom que rehiciera a Santa Claus. La idea original era hacerlo “más humano”. Los críticos aseguran que el toque creativo tenía como destino acercarlo a la imagen de la empresa. De hecho, hasta los dibujos de Habdon, Santa Claus aparecía de verde o de blanco. En 1931, los spots publicitarios de la empresa lo mostraron con los colores de River. Varios de mis amigos, abstemios de gaseosas, lo han representado con solvencia. Mi primo Ricardo Torres; el poeta Javier Cófreces, y el especialista en actos generosos: Helio Migliore. “Me gusta ser Papá Noel. Somos los antipaladines, gordos y viejos, cuando la sociedad dice que hay que ser joven y fuerte para triunfar. Esa noche ganamos nosotros.” Eso dice Helio, que lleva casi veinte años vistiendo el traje rojo y blanco. Helio es operador de la Central de Emergencias en Rosario –un cargo perfecto para Santa Claus– y, además, periodista. Es verdad, se trata de un símbolo del capitalismo. Una de las mejores creaciones del marketing comercial a gran escala. Un invento de la Coca-Cola. Una chapucería que tiene como objetivo central mejorar las ventas de tiendas y jugueterías sobre fin de año. Es muchas cosas más. Un ser injusto y arbitrario. Reparte, como el sistema al que representa, más al que tiene más y menos al que tiene menos. Los regalos que carga en su bolsa interminable nunca están en relación con la generosidad o la conducta de los niños; sus presentes tienen la medida del dinero. Con todo, debo confesar que cada 24 de diciembre, cuando los niños miran ansiosos hacia la profundidad de la noche, también espero ver a Papá Noel cruzando el cielo.

¿Democracia?-Caparrós

Hemos tenido fiestas antes de las fiestas. Nos hemos congratulado, felicitado, alborozado: ya llevamos cinco lustros de democracia y eso nos hace muy mayores. No hemos, en general, hablado mucho del país que resultó de este sistema –no hemos hablado de la injusticia siempre creciente, las diferencias cada vez mayores, la pobreza insultante, el desdén por los derechos de la mayoría– sino, con pompa y circunstancia, del sistema en sí: festejamos la democracia por lo que es, no por lo que hizo y está haciendo. –Che, qué bueno que tenemos democracia.–¿Ah, sí, por qué? –Y, porque tenemos democracia. Es difícil vivir sin certezas absolutas, sin un valor incuestionable, sin alguna convicción definitiva –dicen que en algo hay que creer. En nuestros días, el dios más popular es la famosa democracia, y por eso nos hemos pasado estas semanas dedicados a su culto pagano. El problema de las certezas absolutas es precisamente ése: que son certezas, que son absolutas, o sea: que obturan la posibilidad de pensarlas, la posibilidad de revisarlas. Y en general lo que nos impide pensarlas, revisarlas, es el miedo.Es triste pensar desde el miedo –pero es lo más frecuente: el miedo siempre ha sido uno de los grandes motores de la reflexión. No hay nada más humano que el miedo: si algo nos distingue de otros animales es esta asombrosa capacidad de prever y, por lo tanto, de temer. El miedo a la muerte, el miedo al sinsentido, el miedo a la inmensidad tan oscura y ajena han producido algunas de las mayores construcciones de la cultura humana: las religiones, tanta filosofía. El miedo, está claro, nunca ha sido zonzo –así que tira brutas piedras y esconde sus manos. El problema es cuando se ve la hilacha en sus tejidos.–Ya le dije, qué bueno que tenemos democracia.–¿Ah, sí, por qué?–Y, porque tenemos democracia. –¿O sea? –¿Cómo, todavía no entendió? Porque no tenemos dictadura.Para eso sirven también estas celebraciones de 25 años: para recordarnos que debemos pensar la democracia en función de la dictadura, que no debemos compararla con ella misma sino con el horror que la precedió. O sea: para convencernos de seguir pensando desde el miedo de ese horror y, por lo tanto, mantener que cualquier cosa va a ser mejor que aquello.Así se construye el culto de la democracia, único dios: gracias al miedo. Ese miedo es uno de los efectos más fuertes, más eficaces, de la dictadura militar de hace treinta años: instalar en la famosa Memoria la idea de que cualquier tentativa distinta es peligrosa, la idea de que no hay otra opción que el capitalismo con delegación política o, dicho de otro modo: esta democracia representativa. Para eso sirvieron esos asesinatos: para convencernos de que preguntar, cuestionar, dudar, es peligroso –y que mejor conformarse con lo que hay.–Pero usted vio lo que fueron los otros sistemas. Un desastre. ¿Qué quiere, que seamos como Rusia? Ya sabe: puede que la democracia no sea buena, pero todos los demás son peores.–¿Y usted cómo lo sabe? ¿Usted conoce todos los demás?–Claro, cómo no los voy a conocer.–Nadie puede conocer lo que no existe.Ése es el truco: convencernos de que hay que comparar con lo que conocemos. Lo que hizo que la humanidad cambiara un poco a través de los últimos diez mil años fueron esos nabos que compararon con lo desconocido: con la imaginación, con los deseos. Si no fuera por esa actitud estaríamos muy cómodos rumiando pterodáctilo a la piedra en el living de la caverna 3. O, con suerte, seríamos súbditos del rey de España y su metrópoli y la estaríamos pasando bomba pipa.Pero parece que nos hemos resignado –digo, como sociedad, como cultura– a que esto es lo que hay: ésa sí que es una conduc ta nueva en estos tiempos. No nos atrevemos a pensar fuera de este sistema de fracasos y traiciones, y nos quejamos de su funcionamiento –y no de su naturaleza. Como si las lentejas nos cayeran mal y entonces nos empeñáramos en ponerles más sal, menos sal, más o menos pimienta, chorizo colorado o cantimpalo, panceta ahumada o seca –antes de aceptar, preguntarnos si el problema no será el plato de lentejas. Lo cual, viviendo en la religión de las lentejas –en el miedo de que cualquier otra comida nos va a caer peor porque una vez comimos un pescado podrido– es muy difícil de aceptar. Pero quizá 25 años de susto ya fueron suficientes.Lo dicho: no nos atrevemos a pensar cómo cambiar lo que tenemos porque pensamos desde el miedo. Muy distinto sería pensar esta democracia desde esta democracia, analizarla por lo que es y no por lo que no es –una dictadura. La primera premisa sería que fuera de la democracia hay más opciones que un despotismo criminal o uno soviético. Podemos no saber cuáles son. Hace cien años no sabíamos escribir sin una pluma, un tintero y un papel, y ahora estoy tecleando en la computadora –porque hubo gente que pensó que valía la pena imaginar lo que no conocía. Quizá no haya modelos alternativos –o, por lo menos, no tengan difusión. Pero lo primero es acordar en el interés de buscarlos, en lugar de resignarse al mal menor. La democracia es el sistema que maneja un mundo donde una de cada seis personas pasa hambre. Hambre –que significa hambre. Yo creo que debería haber algo mejor.No estoy tratando de proponer ningún otro modelo –porque no lo tengo. Quizás al final descubramos que efectivamente este sistema era el mejor posible, que no sabemos ser más que esta tristeza. Yo prefiero creer que no es así. Yo querría que no hubiera desigualdades entre las personas, que no hubiera poder sino decisiones compartidas, que no hubiera patrias sino comunidades, que no hubiera religiones sino debates, y tantas otras cosas, pero no sé cómo se hace. Sí supongo que ya sería momento de atrevernos a pensar de verdad si queremos tener algo mejor que esta democracia de delegación y decepción constante: si ya se nos pasó el miedo, si aceptamos que –visto que estamos viviendo para el orto– vale la pena arriesgarse a pensar que se puede pensar por fuera de esta religión democratista, de este culto de creyentes descontentos. Hace una semana, en esta página, Reynaldo Sietecase reseñaba las opiniones de una cantidad de chicos de entre once y quince años, menos permeables al Miedo 25, y buena parte decía que el rey está desnudo: sólo un tercio creía que la democracia es “la mejor forma de gobierno para nuestro país y el mundo”. Del resto, el 30 por ciento dijo que “a veces sí, a veces no”, el 10 dijo que no y un 25 por ciento dijo, con gran honestidad, que no tenía ni idea. Son muy chicos y no son creyentes. Quizá haya que esperarlos para empezar a pensar cosas distintas. Sería bueno que no.
Como todo buen judío de la golá que ve antisemitismo en todas partes, nos encontré dentro de todas estas rarezas:

Hagan su poema surrealista, un cadáver exquisito, una literatura espontánea, un aleatorio desabarjuste.
Elige el mes en el que naciste
1.- Yo Odie a 2.- Yo Fume con 3.- Yo Necesitaba 4.- Yo le dispare a 5.- Yo Mate a 6.- Yo corrí­ desnudo con 7.- Yo dormí con 8.- Yo Mate a 9.- Yo corrí sin camisa con 10.- Yo Abrace a 11.- Yo Golpee a 12.- Yo acuchille a
Elige el dia en que naciste
01 un hombre troyano 02 un perro 03 un cepillo de dientes 04 tu mamá! 05 Barney el dinosaurio 06 un gnomo 07 Santa Claus 08 una prostituta 09 una estrella porno 10 la persona de tus sueños 11 un condón 12 Paris Hilton 13 un judío 14 un caballo 15 un producto enlatado 16 un desnudista 17 un huevo de pascua 18 una puta 19 una naranja 20 un drogadicto 21 un jarrón de galletas 22 el hombre kool-aid 23 una bolsa de hierba 24 una perra de trasero ardiente 25 una jarra de miel 26 una lesbiana 27 un plato de cereal 28 una papa a la francesa 29 un vendedor de droga 30 una taza de leche 31 tu abuela
Elige el color de la remera que traes
Blanca: Porque así soy yo Negra: porque soy muy sexy Rosa: Porque mis amigos me dijeron Naranja: Porque tengo boobies impresionantes Azul: Porque soy un chulo y tienes celos Puntitos: Porque odio mi vida Morada: Porque soy gay Gris: Porque amo la marihuana Verde: Porque soy bueno/a en la cama Roja: Porque fume crack Turquesa: Porque tenia un fideo en la nariz Café: Porque tenia que hacerlo Sin camisa: Porque tengo abdominales fabulosos Otra: Porque soy feo
Mira quién te mando una postal...‏
De:
Postales Sonico (
noreply@sonico.co..)

Abro..

Nadie aún...aprovecha para ser el primero! Tenemos nuevas postales de navidad para que (...)

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Idealistas-Hernán Brienza



“Yo soy un idealista. Y el idealista es un hombre que vive para su idea de justicia. Debe estar dispuesto a sacrificar cualquier cosa en aras de su ideal. Si hubiera sido necesario, habría sacrificado a mi propio padre para cumplir con mi misión.” ¿Quién es el autor de la frase? a) Ernesto Che Guevara, b) Mahatma Gandhi, c) José de San Martín. Tiene tiempo para desentrañar quién la pronunció. Mientras, voy a intentar convencerlo de que para tiempos como los que corren –estas democracias de baja intensidad– es preferible que las cosas las lleve adelante un hombre corrupto que un idealista. Despejemos categorías: no me refiero al hombre común que tiene ideales y se ajusta medianamente a ellos. Pongamos por ejemplo, el mozo del bar de la esquina de mi casa que sueña con un país más justo, esa chica de ojos verdes que pretende que los gobiernos reduzcan la capacidad de latrocinio o este redactor que sueña con un consenso mínimo ante la idea colectiva de Nación. Me refiero a ese sujeto que pone el ideal –el suyo– por encima de todos los demás valores. Me refiero a ese tipo de idealistas, quijotescos bien intencionados, siempre bien dispuestos a convertirse en el Serguéi Necháiev de Los demonios, de Fiodor Dostoievski. Demás está decir, claro, que me dan cierto pavor los Quijotes de dos por tres y de cinco a siete. ¿Se imaginan a un líder político llevando a su pueblo a luchas contra molinos de viento? ¿Cuál sería el costo de esa “quijotada”? ¿Cómo se puede admirar la locura, la estupidez, la irracionalidad, la falta de conciencia y de responsabilidad en la consecuencia de los actos? ¿No hay mayor sabiduría humanista en esa perplejidad del retacón Sancho Panza que, anonadado, se toma la cabeza cuando ve que su Señor encara hacia las aspas disciplinadoras? ¿No hay mayor piedad hacia el ser humano en Sancho que en el Quijote? Sancho es el típico hombre corrupto. Como el 98% de la población, digamos. Como usted, que no hace lo que debe hacer, como los empresarios, que especulan con los salarios de los trabajadores, como el Estado, que paga sueldos en negro, como los políticos grises, acomodaticios y especulativos que sólo están buscando el negocito individual, como el que escribe estas líneas, que se justifica en la lógica de los medios de comunicación. Dejo afuera de la categoría de corrupto al traidorzuelo de mucha o poca monta, ya que a ellos sí les está destinado el noveno círculo del infierno dantino. Hablo de ese ser humano que se sabe falible, que teme por sus hijos, que necesita del auto, de las vacaciones en Punta del Este, de la “linda damita de Concordia con bello fuselaje” para hacer como que se olvida de que la muerte le anda siguiendo los pasos. También prefiero al corrupto como enemigo antes que al idealista. El primero te da opciones: convence, corrompe, te invita a ser parte (cómplice), y en última instancia –y sólo por una cuestión de negocios, sin cuestiones personales– te mata. El segundo te mata. Sin mediaciones. No negocia. No transige en su ideal. “El revolucionario es un hombre perdido. No tiene intereses propios, ni causas propias, ni sentimientos, ni hábitos, ni propiedades; no tiene ni siquiera un nombre. Todo en él está absorbido por un único y exclusivo interés, por un solo pensamiento, por una sola pasión: la revolución”, dice Necháiev en su viejo Catecismo del revolucionario (publicado en 1869). Un aporte interesante a esta cuestión hizo Oscar Terán en su libro José Ingenieros: pensar la Nación. En su reflexión sobre El hombre mediocre, Terán acusa a Ingenieros de elitista. Repasemos: en ese libro el escritor ítalo-argentino –el resumen es a brocha gorda– sostiene que la sociedad se divide en el hombre que sostiene un ideal y el resto de los mortales son condenados así a la mediocridad de seguir al idealista. Pregunto: ¿no está presente este esquema en todo idealista que modele un hombre nuevo, un Golem a su imagen y semejanza? ¿No es un idealista un Dios de sí mismo? ¿El idealista, en el fondo, no es otra cosa que un aristócrata que menosprecia al resto? Siempre me gustó la frase del escritor austríaco Peter Handke que dice: “Cuando uno tiene una visión del mundo se convierte en un ser despiadado; y el grupo en el que todos tienen una misma visión del mundo se convierte en un grupo criminal”. Me parece que viene a cuento. Una cosa más, no se ilusione. El que escribe estas líneas está más cerca de ser un idealista que un corrupto. Por cierto, ¿acertó el múltiple choice de la frase de la cabeza? No, claro. Hay una trampa. El autor no es ninguno de ellos. ¿Sabe quién la pronunció? ¿No? ¿Le digo? El ex jerarca nazi Adolf Eichmann ante los tribunales de Jerusalén durante el juicio que le hicieron en su contra.

Empezamos por el final-Lanata


Discutimos la cárcel para nuestros jóvenes. Estamos empezando la discusión por el final. Al Estado argentino le preocupa la edad en que una persona puede ser imputable para castigarla. Como política hacia la juventud suena bastante pobre, ¿no? Nadie discute cómo educar, becar, trabajar, ayudar, formar a los jóvenes. Sólo cómo encarcelarlos. El delito parece ser una cuestión de azar, de geografía, de horarios (¿o de raza?). Se cree que si la población carcelaria subiera de 60.000 a 3.000.000, el delito terminaría. Algo así como que la población dispuesta a violar el derecho a propiedad o a la vida es estable, y se trata de identificarla, procesarla y ponerla a resguardo de por vida. Actuamos frente a los jóvenes como si ellos hubieran hecho el mundo; ellos y no nosotros. Tenemos hijos por azar, para que vivan nuestra vida, porque se pinchó el forro, porque ya es hora, porque creemos que unen a una pareja desunida, porque sí y porque –a veces– queremos tenerlos y son fruto del amor por alguien. Después, los tiramos en el colegio, pensando que es en ese sitio donde van a educarlos. Como el Estado desprecia a los maestros, hacemos lo propio: si un profesor aplaza a nuestro inocente niñito, decidimos que la culpa es del autoritarismo escolar, de la burocracia, del ministerio, pero jamás de la dulce palomita. Nos calificamos “amigos” de nuestros hijos cuando ellos esperan, en silencio, que seamos sus padres. Les transmitimos nuestros sueños: nada mejor que “salvarse”; la vida a veces da batacazos y se trata de esperarlos: esforzarse no vale la pena. Les dejamos absolutamente claro que tener es mejor que ser: un Mini Cooper, unas Nike, un buzo de GAP, un culo divino y un par de piernas largas (porque también se pueden tener personas). Les hacemos “sentirse parte”: de los vips, las tarjetas de crédito platino, el pase libre. Les exigimos que sean lindos, que estén despiertos y se muestren divertidos. Les vendemos drogas al efecto (¿o los jóvenes se las venden a sí mismos?) y después perseguimos a los más pobres por usarlas. Un día, el Dr. Frankenstein notó que el monstruo no lo obedecía. Y comenzó a temerle. Por supuesto, ya era tarde. ¿Es ésta una apología de los pibes chorros? Nada más lejano. Estoy diciendo que ninguna película se empieza a ver por el final. Si alguna vez discutimos las condiciones que generan la delincuencia, o la promueven, podríamos pensar en terminar con ella. Nos asusta que roben. Que roben en una sociedad que sólo condena a los pobres que roban. Nos asusta que maten. Eso los vuelve imprevisibles. ¿Quién les venderá las armas? ¿Otros jóvenes o los adultos? Nos paraliza que no le den importancia alguna a la vida. ¿Le damos, nosotros, importancia a la vida de ellos?

domingo, 7 de diciembre de 2008

La pelea interna entre el periodista y la persona-Lanata

09.05.2008
Muchos de nosotros mantenemos, en este trabajo, una antigua pelea interna: la que enfrenta al periodista y a la persona. Escuchar durante horas a un funcionario de teflón mintiéndote en la cara hace que la persona pugne por salir y arrase la objetividad políticamente correcta del periodista que escucha y repregunta. Pocos tenemos, en este trabajo, la libertad para que esa pelea se haga pública y trascienda:
—¡Mirá lo que le dijo!— se entusiasma el público cuando el periodista se transforma en persona, esto es, cuando muestra que siente como tal y no como un alga acorralada por la forma.
Alguna vez, en la televisión, insulté a un concejal que le robaba planes de asistencia a los abuelitos, otra eché del estudio a un ministro de Economía provincial y varias pude darme el gusto de decirle a alguna cara de teflón: “Basta, no me mienta. No me tome por idiota, por favor, aunque sea respéteme.”
Algo así debe haber sentido el otro día Antonio Crudo, periodista de Radio Rivadavia, cuando interrumpió el discurso de Cristina K. La presidenta hablaba del “inexistente” aumento de las cuotas escolares cuando a Crudo se le escapó:
—¡Presidenta! ¡A mí la cuota de mi hija me subió más del treinta por ciento!
No había nada que discutir: la verdad que Crudo revelaba hacía honor a su apellido; antes pagaba 170 pesos y ahora 228. Personal de seguridad lo sacó del Salón Azul y luego trascendió que desde la Secretaría de Medios llamaron a Radio Rivadavia para pedir que no lo despidieran, como si esa actitud hubiera sido la lógica: despedirlo porque se transformó en persona. Para Cristina, según la Nación, el hecho “agravió su investidura”. La presidenta no se sintió agraviada algunos días antes del hecho de marras cuando un tal Gonzalito, movilero del programa “periodístico” CQC, le preguntó si había tenido relaciones con el presidente de Francia.
—¿Y? ¿Pasó algo con Sarkozy en privado?— le guiñó Gonzalito a Cristina, el 15 de abril, en un acto en Bernal.
Tampoco el popular Gonzalito se sintió agraviado cuando, hace algún tiempo, con medio cuerpo dentro del coche presidencial entrevistaba al entonces presidente Kirchner, y Néstor, tomándolo de la nuca, lo agachó hacia su regazo como si lo obligara a practicarle sexo oral. Una gran escena a la que Cristina asistió con cara desencajada. Una cosa es la rebelión pautada y otra convertirse en persona sin libreto.
Frente a las palabras de Crudo, algún setentista nostálgico recordó un hecho que superficialmente parecería similar: el de la periodista Ana Guzzetti, cuando en febrero de 1974, durante una conferencia de prensa, le preguntó a Perón:
—Cuando usted tuvo la primera conferencia de prensa con nosotros yo le pregunté qué medidas iba a tomar el gobierno para parar la escalada de atentados fascistas que sufrían los militantes populares. A partir de los hechos de Azul, conocidos por todos, y después de su mensaje llamando a defender al gobierno, esa escalada fascista se ha ampliado mucho más. En dos semanas hubo exactamente veinticinco unidades básicas voladas, que no pertenecen precisamente a la ultraizquierda, hubo doce militantes muertos y ayer se descubrió el asesinato de un fotógrafo. Evidentemente, todo esto está realizado por grupos parapoliciales de ultraderecha….
—¿Usted se hace responsable de lo que dice?— le preguntó Perón, fuera de sí.
—Eso de los parapoliciales lo tiene que probar.— Y, dirigiéndose al edecán aeronáutico, le ordenó: “¡Tomen los datos necesarios para que el Ministerio de Justicia inicie una causa contra esta señorita!” Ana Guzzetti fue detenida en el lugar y luego torturada. Perón, días después, cerró por decreto el diario El Mundo, financiado por el PRT.
Treinta y cuatro años después, las tres preguntas trazan una metáfora de la Argentina: Ana Guzzetti sobre la Triple A, Crudo sobre las cuotas escolares y Gonzalito sobre las costumbres sexuales. En esto parece haber terminado parte del periodismo argentino: en la íntima discusión entre ser periodista o persona, en la millonaria rebeldía de Pergolini y en la curiosa actitud de una presidenta que considera insulto una pregunta sobre la escuela y se ríe, cómplice, con otra sobre la cama.

Construcción-Chico Buarque

Amó aquella vez como si fuese última
besó a su mujer como si fuese última
y a cada hijo suyo cual si fuese el único
y atravesó la calle con su paso tímido
subió a la construcción como si fuese máquina
alzó en el balcón cuatro paredes sólidas
ladrillo con ladrillo en un diseño mágico
sus ojos embotados de cemento y lágrimas

sentóse a descansar como si fuese sábado
comió su pan con queso cual si fuese un príncipe
bebió y sollozó como si fuese un náufrago
danzó y se rió como si oyese música
y tropezó en el cielo con su paso alcohólico
y flotó por el aire cual si fuese un pájaro
y terminó en el suelo como un bulto fláccido
y agonizó en el medio del paseo público
murió a contramano entorpeciendo el tránsito

amó aquella vez como si fuese el último
besó a su mujer como si fuese única
y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo
y atravesó la calle con su paso alcohólico
subió a la construcción como si fuese sólida
alzó en el balcón cuatro paredes mágicas
ladrillo con ladrillo en un diseño lógico
sus ojos embotados de cemento y tránsito

sentóse a descansar como si fuese un príncipe
comió su pan con queso cual si fuese el máximo
bebió y sollozó como si fuese máquina
danzó y se rió como si fuese el próximo
y tropezó en el cielo cual si oyese música
y flotó por el aire cual si fuese sábado
y terminó en el suelo como un bulto tímido
agonizó en el medio del paseo náufrago
murió a contramano entorpeciendo el público

amó aquella vez como si fuese máquina
besó a su mujer como si fuese lógico
alzó en el balcón cuatro paredes flácidas
sentóse a descansar como si fuese un pájaro
y flotó en el aire cual si fuese un príncipe
y terminó en el suelo como un bulto alcohólico
murió a contramano entorpeciendo el sábado

Suprimir el IVA de alimentos y medicamentos-Romagnoli

Proyecto de Gerardo ROMAGNOLI



PROYECTO DE DECLARACION

Artículo 1º.- La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires expresa su más firme voluntad para que el parlamento nacional sancione, en forma inmediata, la eliminación del Impuesto al Valor Agregado a los alimentos de la canasta familiar y medicamentos.

Artículo 2º.- Así mismo, manifiesta su total apoyo a aquellos sectores de la población que en el país y en la ciudad vienen expresándose públicamente en este sentido, utilizando distintas modalidades y medios.

Artículo 3º.- Esta Legislatura considera fundamental el éxito de tales reclamos y, por lo tanto, se pone a disposición para que dicho objetivo sea conquistado.

Artículo 4º.- Comuníquese, etc..


FUNDAMENTOS



Ninguna novedad: el IVA es uno de los impuestos más regresivos de la política tributaria argentina. Su vigencia es un autorretrato de las políticas tributarias sostenidas por la dirigencia política-empresaria-gremial tradicional de la Argentina.
Diversos estudios indican que si alimentos y medicamentos estuvieran exentos de IVA, no sólo los precios bajarían sino que, fundamentalmente, 2 millones de personas (aprox.) vivirían en condiciones humanamente más aceptables.



La combinación de crisis financiera internacional comenzando a golpear sobre la llamada economía real, y distintos elementos de agotamiento del modelo económico del gobierno de los Kirchner, se expresa en distintos datos que enumeramos a continuación:



- Brecha entre 10% más rico y 10% más pobre es de 35.5 veces.

- Cada $100 nuevos generados en el país el 30% más rico se apropia de $65.2 y el 40% mas pobre sólo de $12.8.

- La participación de los asalariados en el ingreso fue del 28% para el 2007, 11 puntos inferior al porcentaje del año 2001. (Informe Anual 2008 "Derechos Humanos en la Argentina" CELS)

- Del 10% de la población más pobre, el 42,3% se concentra en el norte del país. Pero, del total recaudado, sólo el 30% va a las provincias.

- El desempleo es superior al 10% de la población económicamente activa: hay 1.661.958 desocupados.

- La subocupación -trabajan menos de 6 hs. por semana- es de 8.5 %: 1.411.526 personas.

- Más de 2.800.000 habitantes tienen problemas de empleo.

- En el sector empleado, más del 40% no han sido registrados.

- El 31,6% de la población es pobre. Equivale a 11.300.000 pobres.

- De este total, 3,9 millones son indigentes.

- Alrededor de 11 mil muertes anuales de menores, de ellas 7 mil serían evitables si se actúa con emergencia y medidas de tratamiento y prevención.

- Canasta básica $3400.

- 70% de los trabajadores tiene salarios por debajo de $2000.

- Los $150 del Plan Jefas y Jefes de Hogar cubre el 32% del costo de la canasta básica de indigencia, según datos oficiales ($457.60 en el mes de abril). Considerando la canasta básica familiar, de acuerdo con los costos de la misma que establece el INDEC ($987 para el mes de abril), el plan sólo cubre el 16%.

- El Plan Familias, ronda entre $155 y $305 según la cantidad de menores a cargo. Una familia compuesta por 2 menores recibe $185 sólo cubre un 40% de la canasta oficial de indigencia y el 19% de la canasta básica oficial. Conclusión: el monto de los planes sociales coloca a sus beneficiarios por debajo de la línea de pobreza!!!



Luego de esta lista para describir la terrible situación en la que viven MILLONES de habitantes de nuestro país, un último dato de importancia para sostener este proyecto:



- Una familia pobre gasta entre el 50 y el 75% de sus ingresos en alimentos, mientras que una rica destina entre el 10 y el 25%.

- No he logrado encontrar una ponderación de sus gastos en medicamentos.



Los alimentos y medicamentos pagan I.V.A.. Es inhumano, es inaceptable que se mantenga esta alevosa expropiación de recursos imprescindibles para la subsistencia a enormes sectores de la población. Es un verdadero castigo que cae, exactamente, sobre los sectores más castigados de la sociedad.



Este impuesto empobrecedor representa nada menos que el 42% del total de la recaudación. Por ello los gobiernos de turno se niegan a eliminarlo, medida de fondo necesaria junto a otros cambios estructurales como el aumento de los impuestos a las ganancias, a la riqueza y a la renta financiera. Pero es indignante la negativa a reducirlo significativamente, en alimentos y medicamentos, como medida im-pos-ter-ga-ble.



Así, José Castillo sostiene “…nuestro país tiene una de las estructuras impositivas más regresivas del mundo. Los impuestos indirectos (y en particular el IVA) provocan una presión del 8% del PBI. Mientras tanto, otros países capitalistas como Estados Unidos, Japón y Australia pagan de impuestos similares una proporción del 2% del PBI, Alemania el 3%, Canadá y Suecia el 4% y el Reino Unido (el más inequitativo) apenas el 5%. … Si ahora miramos, por el contrario, los impuestos directos, tenemos la relación exactamente inversa. Analicemos el impuesto a las ganancias: en nuestro país su presión tributaria es del 4% del PBI, en Estados Unidos y Japón del 9%, en Alemania del 11%, Australia y el Reino Unido del 14%, Canadá del 18% y Suecia del 21%. Y si nos ponemos a 'leer' la letra chica de nuestros impuestos directos, encontramos situaciones escandalosas, como el hecho de que todas las ganancias de las transacciones financieras están exentas y no tributan un peso. La paradoja mayor: un despedido cobra su indemnización con un cheque y paga el 'impuesto a los débitos bancarios', mientras que un especulador que hizo una millonada especulando entre bonos y acciones no tiene que abonar absolutamente nada.”(¿A quién beneficia la política fiscal en Argentina? Realidad Económica)



Luego de que el gobierno nacional encabezado por la Sra. Cristina Fernández de Kirchner minimizara hasta su negación, las repercusiones que en nuestro país tendría la crisis económica del capitalismo mundial, se ha lanzado ahora a justificar la implementación de una cantidad de medidas desde una supuesta protección de los sectores asalariados y empobrecidos. Una dudosa zaga de excepciones, moratorias y blanqueos a sectores enriquecidos y fugadores de riquezas, tomadas por un gobierno que sostiene el pago de deuda externa (ilegítima, ilegal) y premia a quienes sólo quieren distribuir pérdidas y nunca ganancias.



En la ciudad, desde hace semanas se viene debatiendo en la legislatura un presupuesto para el año 2009, debate en el cual este contexto de crisis económica nacional-mundial, pareciera no existir, ni se habla, no se plasma en ninguna medida concreta. No existe política anti-crisis, ni como medidas aisladas para superar algunos de los estragos que seguramente causará. Es como si los problemas que todo esto descarga sobre la población no fueran a existir, no existieran ya. Por el contrario, sostenemos que es el principal problema al que hay que responder, y que en este marco se hacen imprescindibles una serie de medidas que se deben tomar a escala nacional. No vamos a ser cómplices en mirar para otro lado. Dar pasos hacia la eliminación del IVA, tal cual lo desarrollamos más arriba, apunta en esa dirección tonificando los procesos de lucha autoorganizada que ya comienzan a vislumbrarse en diversas regiones del país y la ciudad.

Por todo lo sostenido más arriba es que solicitamos la aprobación del presente proyecto.

viernes, 5 de diciembre de 2008

De Angeli entre los 100- El pais

Alfredo De Angeli, titular de la Federación Agraria de Entre Ríos y uno de los principales promotores de la protesta agropecuaria que mantuvo en vilo al país por cuatro meses este año, fue señalado como uno de los 100 líderes más exitosos del año en todo el mundo. Con un artículo titulado “El campesino y la presidenta”, en la columna “Los 100 del año”, el diario español El País indicó al entrerriano como uno más en la lista que cada año confecciona con las personas que promueven diversas iniciativas y reciben el masivo apoyo de sectores sociales o Estados. Comparte la lista con la ex prisionera de la guerrilla colombiana Ingrid Betancourt y con otros dos argentinos: el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional de la Haya, Luis Moreno Ocampo, y el director del Equipo Argentino de Antropología Forense, Luis Fondebrider. Según el periódico, De Angeli es un dirigente sindical que “ha encabezado la mayor protesta social habida en Argentina desde el crash de 2001, obligando al Gobierno a derogar una ley impopular”. El periodismo español detalló los pormenores acerca de cómo el ruralista llegó a la popularidad que hasta dio pie para que circulen prematuras versiones de sus aspiraciones a ser gobernador de Entre Ríos, o más aún, presidente de la República. “El día que le tocó hacerse famoso, Alfredo de Angeli daba un poco de pena: le faltaba un diente, vestía una camisa raída y gritaba por un megáfono que hacía interferencias. Parecía el ganador de un casting para el papel de un campesino pobre en lucha por la reforma agraria”, publicó el diario europeo. “Un día la Policía lo detuvo y media Argentina estalló en cacerolazos”, comenta la nota que además asegura que él fue quien le ganó al gobierno el día que la resolución 125 -que disponía las retenciones del 45% a las exportaciones de granos- fue derogada. Por último, el periodismo español afirma que “nada es igual en la política argentina” desde su aparición y remarca el cambio en el propio De Angeli, quien “ahora usa chaqueta, se implantó el diente que le faltaba y coquetea con ser candidato". ‘“Puedo ser gobernador o presidente’, dijo hace poco. Y ahora hay muchos que, por las dudas, no se le ríen en la cara”, cita El País.

No se quién es más raro, si el diario o De Angeli..

A toda la comunidad de Salliqueló

La Cámara de Comercio, la Asociación Rural y los vecinos de Salliqueló, altamente preocupados por los acontecimientos que son de dominio público, quieren expresar su adhesión a la marcha y concentración de compatriotas que se llevo a cabo l a cabo en el día de hoy y la que se realizara el día 13 de noviembre, en la Plaza de los Dos Congresos, en la Capital Federal.
Queremos expresar nuestra profunda preocupación por la delicada situación socio-económica por la que atraviesa nuestra comunidad y todo el interior productivo. Sabemos que la misma se debe a la falta de políticas económicas, como fuera anticipado durante el conflicto agropecuario, que alienten la producción agroindustrial, situación que ahora se ve agravada por el complicado panorama económico y financiero internacional.
Nuevamente el gobierno nacional está intentando avasallar en forma arbitraria e irresponsable, nuestros derechos , en este caso pretende hacerlo con las jubilaciones privadas de millones de argentinos, sustrayendo y malversando los fondos ahorrados sin que aquellos que han aportado durante años sepan el destino de los mismos, no respetando el derecho a elegir libremente.
También queremos manifestar nuestro repudio hacia nuestras autoridades nacionales por su forma prepotente de gobernar, que en nada respeta los más elementales principios que rigen a la democracia.
No deja de preocuparnos, a pesar de la distancia la inseguridad que a diario vivimos los ciudadanos de este país, para lo cual también vemos la falta de políticas de seguridad.
Por todo lo antes mencionado queremos manifestar a toda la comunidad salliquelense, y a las autoridades municipales encabezadas por nuestro intendente, que nos declaramos en estado de alerta y asamblea permanente convocando a todos a ser participes de la defensa de nuestros derechos e intereses.
Sepan nuestros gobiernos nacionales, provinciales y municipales que sus derechos y sus deberes para gobernar, empiezan y terminan en los derechos y deberes de sus ciudadanos.

Me arrepiento un poco de que me hayan caido bien al principio..

viernes, 28 de noviembre de 2008

¿Cómo eras antes de..?
Tan obvio saber lo que pasó, y ya olvidaste quién eras antes de esto.
¿Cómo eras antes de..?
Tan natural, vivías sin saber que mañana iba a suceder algo y olvidarías quién eras hoy.
¿Te acordás de qué pensabas antes de saber..?
La ingenuidad de no saber eso que sucederá un minuto después..
La frágil memoria de olvidar en qué pensabas hace un minuto..
Un momento fugaz que se escapa en lo eterno de un tiempo que no existe, y se lleva quien eres..
Pero ese que eras ya nunca serás.. y ese que serás, solo existirá cuando lo seas..
El de mañana te mira, te pregunta quién sos, eres un misterio para él..
Puede ver.. el otro, el de hoy, imaginar..
Ninguno atraviesa las paredes del tiempo con esa búsqueda inútil..
Un montón de identidades que nunca se miraran a los ojos..
El miedo de saber que todo acaba, y comienza, y acaba, y que es lo mismo nacer y morir..
Y lo único real es un tiempo que no existe..

Decencia IMM-Blog de primero

Pablo dijo:
que buen blog!
Paula dijo:
que buen blog!
Paula dijo:
que buen blog!
Emiliano dijo:
hola!!! se nota q todavia esta muy pelado jajaja!! La idea esta muy buena y espero q todos se pongan las pilas y vallan poniendo buena info!!! el diseño a mi gusto esta + o - jaja! le cambiaria kpaz el color!! los dejo y suert cn el blog!!! aguante 1º jeje!!! hasta luego...
Alumnos de 1º polimodal dijo:
Esta muy bien que cada uno pueda expresar lo que siente, pero no olvidemos que debemos hacer un uso correcto del lenguaje. Nada de abreviaciones raras ni de errores ortográficos. Uno solo no puede modificar los malos hábitos de todo un grupo o sociedad pero si cada uno de nosotros, al menos, lo intentamos, seguro que lo lograremos. ¡A escribir!, pero bien.
Paula dijo:
que buen blog!
Comentario suprimido
Un administrador del blog ha eliminado esta entrada.
Aylen dijo:
que buen blog!

viernes, 21 de noviembre de 2008

La belleza-Hesse

La mitad de la belleza depende del paisaje;
y la otra mitad de la persona que la mira...
Los más brillantes amaneceres; los más románticos atardeceres;
los paraísos más increíbles;
se pueden encontrar siempre en el rostro de las personas queridas.

Cuando no hay lagos más claros y profundos que sus ojos;
cuando no hay grutas de las maravillas comparables con su boca;
cuando no hay lluvia que supere a su llanto;
ni sol que brille más que su sonrisa......

La belleza no hace feliz al que la posee;
sino a quien puede amarla y adorarla.
Por eso es tan lindo mirarse cuando esos rostros
se convierten en nuestros paisajes favoritos....

El breve espacio en que no estás-Pablo Milanés

Todavía quedan restos de humedad,sus olores llenan ya mi soledad,en la cama su siluetase dibuja cual promesade llenar el breve espacioen que no está...
Todavía yo no sé si volverá,nadie sabe, al día siguiente, lo que hará.Rompe todos mis esquemas,no confiesa ni una pena,no me pide nada a cambio de lo que da.
Suele ser violenta y tierna,no habla de uniones eternas,mas se entrega cual si hubierasólo un día para amar.No comparte una reunión,mas le gusta la canciónque comprometa su pensar.
Todavía no pregunté "¿te quedarás?".Temo mucho a la respuesta de un "jamás".La prefiero compartidaantes que vaciar mi vida,no es perfecta, mas se acercaa lo que yo
simplemente soñé...

Bécquer-Rima LIII

Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
Esas... no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
Esas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
nadie así te amara.

Sonatina-Ruben Dario

La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña, dice cosas banales
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz,
o en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
¡Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal!

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste, la princesa está pálida)
¡Oh, visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
-la princesa está pálida, la princesa está triste-
más brillante que el alba, más hermoso que Abril!

-¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
en caballo con alas hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor!

Utopias-Bennedeti

Como voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedo sin utopias

como voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

como voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

como voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

como voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo mas que lo que palpo
o que tu amor

ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos

como voy a creer / mengana austral
que sos tan solo lo que miro
acaricio o penetro

como voy a creer / dijo el fulano
que la utopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos/ sois mi utopia.

Para no perder esa aventura de cada paso..

Últimamente, recorres los pasillos, charlas con tus compañeros, y se escucha cada vez más fuerte algo que empezó siendo un murmullo: la agraria parece una cárcel. No sé muy bien cual fue el momento en el que cambió la forma de ver a la escuela, pero de a poquito esta nueva mirada parece tener cada vez más adeptos. La escuela, a mi entender, siempre representó otra cosa. La escuela es como nuestro lugar, el lugar que todos consideramos propio, un lugar que elegimos y queremos. En todos los ambientes; docentes, no docentes, alumnos, amigos, egresados, padres, cooperadora. La escuela significa más que un trabajo o una obligación, tenemos otro tipo de compromiso con ella, otro tipo de relación. Sin embargo, asusta saber que voluntariamente abandonaron la escuela “porque no les gusta” 15 chicos. Asusta que en los pasillos se escuche “esta escuela es una mierda” sin saber muy bien a quién le hablan, sin entender por qué de a poco cada persona se va excluyendo de la palabra escuela. ¿Qué es lo que esta pasando? ¿Por qué estamos dejando de ser todos la escuela?
Para ser parte, para considerarnos parte de algo, tenemos que hacer, tenemos que sentir que valemos y que lo que pensamos y deseamos tiene algún fin, que alguien lo va a recibir. Para ser parte, tenemos que construir todos, para que la agraria siga siendo de todos, tenemos que lograr que cada persona de la escuela sienta que lo que haga lo esta haciendo para la escuela, que no es la escuela simplemente un lugar donde hay que estar, sino un lugar donde estamos y donde podemos hacer cosas. Y esas cosas se pueden llamar proyectos como pueden llamarse jugar al fútbol, tomar mate con amigos, compartir momentos. El sentir que lo que hacemos es parte de la escuela, hace que la escuela sea nuestra. Y, por el contrario, querer hacer y no poder, hace que la escuela se transforme en “alguien” que nos prohíbe hacer, en un otro que no nos deja crecer.
La escuela que todos están empezando a ver es una escuela que prohíbe. Una escuela que te dice que sos libre de hacer lo que quieras, solo que dentro de límites a veces absurdos. Límites que parecen estar hechos para que hables lo menos posible, corras lo menos posible, imagines lo menos posible. Límites que parecen intentar crear un prototipo de alumno ideal que sería uno totalmente quieto; sentado estudiando; diciendo si con la cabeza cuando se le ordena algo; que por respeto no hable, no opine, no piense, no contradiga, que total no vale nada lo que sea que diga porque no es parte de la escuela, solo esta de paso; un modelo de alumno que asusta, que definitivamente nada tiene que ver con el de siempre; el despierto, soñador, alegre, trabajador y bien predispuesto a defender a su escuela, porque sí es su escuela, su lugar.
Los climas se hacen de a poco, no se crean de golpe. Quizás, se fue haciendo inconscientemente este ambiente de odio a la escuela, que vaya uno a saber quién es. Que no haya canales de participación directa, que no se puedan decidir cosas, porque no nos supimos organizar o porque nos dejamos desanimar por el no se puede, hace que cada vez uno se sienta más uno y menos parte de la agraria. La culpa es un poco de todos, por no decir basta y empezar a hacer. Pareciera que estamos dedicados a crear una imagen para afuera y estamos olvidando que siempre nos importó ser nosotros, que los de afuera opinen lo que quieran y sean ellos los que se pierden lo que disfrutan los que se animaron a vivir esto que le decimos la agraria.
Es una cuestión de actitud de fondo, de querer la escuela y así querernos nosotros y empezar a ser lo que queremos ser. Sin embargo, destacó algunas reglas superficiales que a uno lo van gastando, lo van haciendo sentirse parte del grupo que no se incluye al hablar de la escuela. Miles de proyectos que quedan en cajón por lo burocrático que resulta atenerse a lo legal, que definitivamente, no parece ser lo que esta bien. Con esto no apelo a la transgresión, pero sí a al menos intentar buscarle formas de solucionar, alternativas válidas para evitar depender de organismos a los que les importamos muy
poco. No quedemos atados al “no se puede, al menos por ahora”, porque estamos hoy y el año que viene tal vez ya no, las cosas tenemos que hacerlas cuando estamos entusiasmados y con ganas, no en un futuro que ni siquiera prevemos. Estar presentable, que se entiende por ejemplo, por afeitarse. Imagino las maestras de Marx, Hertzl, el che, Tolstoi, Einstein, Jesús, explicándoles por qué deben afeitarse, que es la única forma de llegar a ser alguien. La relación directa entre “buena imagen” y capacidad intelectual, relación con los pares. Se puede alegar que queda bien (¿según qué criterio?), que hay lugares donde no se acepta gente sin afeitar, lugares decentes, cuando decente es justamente eso, aparentar, y después ser. No es el mensaje que la agraria debería dar. Otro es ese de no poder ir de ojotas cuando se baja la bandera, ¡una falta de respeto total! Entonces, con esto, logramos que el chico que estaba de ojotas y se cambió exclusivamente para no faltarle el respeto al símbolo patrio, asocie su fastidio con bajar la bandera o en su defecto con la escuela. No es el efecto que se deseaba provocar, pero sin duda es el que se provoca. En lugar de entender respeto como un estado de ánimo, como una actitud, se confunde con la forma de vestir. Pareciera decirse que no es necesario querer a la patria, alcanza con vestirse de manera incómoda, pero convencionalmente aceptada para que la patria nos lo agradezca. No poder tomar mate en las clases de la mañana, porque genera desorden (lo que en realidad es eliminar formalismos y relaciones jerárquicas, hacer más cómodo el ambiente pudiendo llegar más lejos de lo que una planilla que mando el ministerio dice que tenes que saber, creando confianza). Prohibido fumar, como si nadie fumara y la prohibición sea la causa. Prohibido andar por toda la escuela, reduciéndose toda caminata a una vuelta al playón, porque fuera de esos límites los chicos se descontrolan y destrozan la escuela. Son solo ejemplos, debe haber más, algunos no son tan drásticos, algunos son más drásticos, pero de a poco a mi entender van generando un ambiente de encierro, de falta de decisiones propias que influyan en la escuela, de falta de identificación con la agraria, de que se vaya volviendo la agraria un ámbito de trabajo, una obligación a la edad escolar, un lugar al que se va y se tiene que estar, pero del que esperamos escapar todos los viernes.
Estará en nosotros cambiar las cosas, en vez de resignarnos y aceptar que la escuela tal vez no sea cada uno de nosotros. Y no obedecer la orden de solo sonreír cuando es debido.