martes, 23 de diciembre de 2008

Contigo soledad...

¿Cómo estás, soledad? Aún callas como lo hacías ayer, pero ahora es tu silencio todo lo que escucho. ¿Es solo mi mente la que ve todo esto que fui? Imágenes que se superponen, y todo lo que me hizo vivir esta acá, ahora, pero en el fondo mis ojos siguen viendo lo que los demás ven: la realidad. Una realidad.
Una música tenue me envuelve, caen los párpados, y estoy ya a miles de segundos de distancia, y otra vez estamos los dos, vos y yo soledad, pero estoy por hablar, me hablan, hola amigo, hola vida.
¿Dónde estoy, soledad? ¿Siempre estuviste conmigo? Debería haber aprendido a escuchar tus silencios mucho antes, cuando la muerte no desaparecía en mí al darme un abrazo; cuando creía entenderlos… pero nunca me entendí a mí.
Quizás somos los mismos, vos y yo, y todos estos momentos. Somos (ser) uno perdido en miles de realidades, y tiempos y espacios, y sueños, y una vida es uno, y miles de vidas ahora laten por todos lados.
Y yo recién lo descubro.
Yo (todo yo) dispuesto a seguir…

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