miércoles, 10 de septiembre de 2008

Cimarrón y tabaco- Jose Larralde (de donde lo conozco?)

Entre un espejo de cielo y de rocío
se me junto la noche y la mañana,
mientras el sauce derramaba un llanto
tamizaba sombra y luz sobre las ramas,
algún rubí de brasa en las cenizas
se biseló candente en un soplido,
y mi negra pavita hecho un bufido
como pa´ darle al mate una paliza.

Una lechuza se asomó chismosa
mientras un tero me lleno de gritos,
eché un pial con el lazo del recuerdo
y lo clavé de guampas al tiempo y sus caprichos;
se me arrimó el zorrino maloliente
de algún amor tal vez o algún amigo,
de esos que suebran cuando todo suebra,
de esos que faltan cuando uno ha perdido,
se me arrimó el recuerdo de una boca
de algún beso tal vez o de un castigo,
pero también se me arrimo la boca
de mi vieja guitarra en un alivio.

Se me junto la noche y la mañana
sin darme cuenta que dormía en un sueño,
engarrotau de fríos y distancias
cabresteando una vida sin empeño,
me asosegué de nada en un cansancio
de cimarrones largos y tabaco,
masticando la rabia de un destino
que nunca me llegaba hasta los labios,
me dio mucha vergüenza de ser mucho
y muy poca me dio de ser muy poco,
tal vez me equivoqué, tal vez fui un loco
que encerrado en talveces fui muy ducho.

Si alguna vez me tuve un poco e pena,
he estau tan solo,
tan solo con mis huesos que conversaba
con mis propias mentes,
palabras que no caíban del pescuezo,
se me atoró un insulto en el gargüero
sin saber ni por que ni pa´ ande diba,
aburrido, tal vez fui compañero
de mi mesma esperanza envejecida.

Fui terco a lo mejor, así es la vida.
Unos por lerdos otros por seguirla,
se amontonan los años en el lomo
esperando que mañana sea otro día.
Se me junto la noche y la mañana,
cimarrón y tabaco en la saliva,
un palito de sauce entre los dedos
y un rubí de silencio en las cenizas.

Sin saber ni porque salí al galop
e pasuco y seguidor de mi encordada,
capricho de sentir en la madera
el brote de una triste copla pampa,
Sin saber ni porque dejé la cara
como una nazarena el sol clavó mis ojos,
un sudor de vergüenza me empapaba
y un pedazo de adentro echó un corcovo,
la pucha que he sentido temblederas
y chuzazos de frío al espinazo,
cantidades tremendas de desgracias
encontré dende entonces a cada paso,
me hice amigo del peón, de sus quehaceres,
de su amor, de su pena y su alegría,
caminé muchas leguas aprendiendo
lo que enantes miraba y no veía,
me entreveré en el humo de fogones,
en el guiso de oveja frito a cebo,
medianoche de tambos y alpargatas, je!
camperita de algodón que entuavía debo,
me recibí de perro diplomau,
sin cansancio ni techo ni domingo,
eso sí, no soporté collares
ni cadenas de criollos ni de gringos,
al primer empujón mostré el colmillo,
no por malo, sino de prevenido,
soy perro que no duerme bajo del catre
de alcahuete, de patrones ni caudillo.

Alguna vez yo también anduve desorientau,
como cachorro mojado
sin saber ni quien es quien,
supe hacer en un andén mi mejor departamento,
reparando lluvias, vientos, o en algún embarcadero,
no faltó algún compañero para hacer dúo de lamento,
cosas que tiene la vida
cuando el hombre anda en la mala,
pisa caca y se resbala, pisa en lo seco y también.
El infierno y el edén, je!
en un suspiro se exhala;
suspiros que encierran todo: sumisión y rebeldía,
recuerdos de algarabía, tiempos malos y mejores,
y a los primeros albores meta pata por la vía.

Con rumbo a cualquier lugar
con un silbo entre los dientes,
con un mono tan prudente que apenas lleva una muda,
y una marcha tartamuda entre durmiente y durmiente,
la esperanza de encontrar cerca del riel un molino,
pa´ refrescar el camino y pa´ yerbear si es que hay yerba,
hasta el más manso se enerva con semejante destino.

Y al fin ?que vengo a buscar?:
trabajo honrao y decente,
gorra en mano y muy sonriente
pa´ reflejar simpatía,
y otra noche y otro día
sin probar algo caliente.
Pal pobre siempre el camino
tiene sombras en invierno,
yo lo noté en el cuaderno
de mi archivo más sincero,
y por más que exista enero
el julio siempre es más lerdo,
por eso el hombre termina
recurriendo a la ciudad,
sabiendo que deja atrás, "Tapera", el pago querido,
se encuentra solo y perdido sin saber pa´ ande agarrar;
desde que pisa el andén repleto de palomitas,
el pobre ya se palpita que llegó la solución,
trabajo, pan y un montón de ilusiones se dan cita,
después viene la maroma de lo primero en hacer,
hay un amigo que ver que vive en villa palito,
si le sobra un lugarcito me quedo a vivir con él,
todo se debe prever pa´ hacer que se haga sencillo,
calle, número, portillo y un amigo a las patadas,
en una pieza alquilada al fondo de un conventillo,
nadie me puede negar que uno se amarga un poquito.
Todo lo que era bonito adentro de la cabeza,
medio se vuelve tristeza y dentra a volar bajito,
cuando uno trae unos pesos más o menos se soporta,
mita y mita con la torta hasta que acaba el caudal,
cada cual es cada cual que se estira o que se corta.

O me busco otra pocilga o tengo que andar a palo,
nadie es bueno y nadie malo, todos tienen su razón,
y el agujero del colchón se ríe como a desgano,
me pregunto pa donde voy si hace unos días,
dentré en esta romería como rengo en tiroteo,
pelao y con más paseo que patio e comisaría,
A veces buscar trabajo demanda tiempo y tesón,
horas largas, madrugón, espera, colas, edades,
y las mil calamidades le aguardan al hombre peón,
baqueano se ha de poner el hombre en tal embarazo,
con el diario bajo el brazo y ganas de caminar,
llega a veces a encontrar trabajo, pan o fracaso,
y así va estirando el lazo de su lánguida existencia,
con la infinita impotencia de mejorar su pasar,
a todo puede llegar quien acumula paciencia;
y no hablemos del malambo que causan los acomodos,
a veces codos con codos se observa la manganeta,
viene un ñato con tarjeta y al diablo con los corcovos,
de nada vale el rezongo cuando la mula esta hecha,
por más que el ladero pecha las baras son pal más zonzo,
salmos, plegarias, responsos y granizo en la cosecha.

Se que mucho han de decir que soy un gaucho bocón,
se que el arca del panzón se alimente del de abajo,
también se que dende el cuajo todo lo hace el hombre peón,
a veces a la peonada suelen llamarle empleao,
nombre más jerarquizado que cambia de acuerdo al puesto,
es simplemente un pretexto pero es peón documentado,
nunca falta un infeliz que entuavía cree en reyes magos,
se acojinilla de halagos y ansí saborea el panqueque,
al cambio le llaman trueque y el trueque te entrueca el pago,
yo que aprendí desde el pozo que el pozo cambia de forma,
también me ajuste a las normas normales pa quien no piensa,
y así me metí en la trenzada de servir de plataforma.

Del trampolín de mi espalda muchos saltaron, lo sé,
mas nunca podré saber la altura que habré prestao,
en cambio, me han reprochado el no quedarme de a pie,
pero también me ha tocado y fue mi más puro anhelo,
buscar envión desde el suelo cuando me tocó saltar,
y aunque no aprendí a volar aprendí a mirar el cielo,
cosas que hay que recalcar pa´ no recalcar el alma,
remedio que da más calma es gritar lo que se siente,
el miedo del más decente es indecencia con palma,
se nace maula o se aprende? siempre me lo pregunté,
tampoco pude saber la dimensión del vocablo,
y a veces hasta cuando hablo me pregunto que seré?,
si alguno pudiera intuir lo profundo del misterio,
dende la idea hasta el fierro se duebla al primer envión,
y hasta el mesmo corazón suele ser carne pa perro.

Dentra a agarrar la nostalgia y algún arrepentimiento,
y juro que no le miento si digo que lloré,
pa´ acostumbrarme tardé calamidades de tiempo,
algunos me han preguntado pa que vine a la ciudad,
dentrandome a aconsejar que el campo tiene futuro,
que allá nadie tiene apuro, que se vive de verdad,
llegando el fin de semana yo me agarro la maleta,
hecho al hombro la escopeta y dentro a agarrar pa´ fuera,
ahí si se vive endeveras no como acá a las gambetas,
me han dicho cosas tan lindas del campo y sus maravillas,
del ganao y de las semillas, del sauzal y los arroyos,
que me hacen sentir un pollo zapateando en la parrilla,
sabedores de escritorio, consejeros del saber,
quisiera poder creer que naciste de tu mama,
con una jerga por cama pa´ contarme como fue.

Si alguna vez... si alguna vez has estado mirando
pasar la vidasin más razón prometida,
que poder llegar a viejo,
amontonando consejos dentro de un alma vencida,
me vine pa´ la ciudad porque se me dio la gana,
si vivo como la rana chapaleando en el bañao,
no es culpa mía cuñao, yo también soy raza humana.

Hay una calle famosa que sirve de división,
de este lado hay un montón, del otro lado otros tantos,
de un lado te venden el santo del otro la religión,
cada uno cree en el derecho que menos le perjudique,
cada uno le hace un tabique al otro que tiene al lao,
pero nadie esta librao de que el barro lo salpique,
nunca el hombre tiene poco si le suebra libertad,
pero se debe pensar que la panza también cuenta,
porque pa´ ser osamenta no es necesario volar;
se va el hombre de su pago y es muy fácil de entender,
alza hijos y mujer, vende y recao y caballo, perro, gato,
pato, gallo, rancho si supo tener,
se va el hombre de su pago cansado de andar esperando,
que alguno se ande acordando que el también es un paisano,
que tiene dos buenas manos pa´ no vivir mendigando,
si, seguro que en el poblao no ha de ser todo tan bueno,
pero estar en campo ajeno sin más razón que durar,
termina por reventar hasta el genio más sereno,
nadie me puede decir como se extraña el paisaje,
nadie, por mucho coraje pa´ definir al humano,
puede pensar de un hermano que pertenece al chusmaje,
no hay que andar por los caminos solo tragando distancias,
no es ninguna exhuberancia galopiar el país de paso,
si conocer de a pedazos pueblos, obrajes y estancia,
cuando uno tiene guríses en edad de desasnarse,
sin tener de donde agarrarse, sin pilcha ni pa´ cuaderno,
y ni hablar si hay un enfermo y necesita curarse,
y alguna de esas mañanas cuando la escarcha blanquea,
donde hasta el más macho se mea sacudiendo la quijada,
ja! quisiera ver a la piolada de los que charlan de afuera,
suele mezclarnos la vida en mil embrollos distintos,
a veces manda el instinto, a veces la educación,
y a veces el más chambón nos hace tantear el cinto,
por eso quiero volver a repetir lo ya dicho,
me anda carcomiendo el bicho de la concencia, aparcero,
tal vez el sepulturero me anda escarbando el nicho,
pero en si es mi capricho gritar con todo el gargüero:
Via a volver pa´ que sepan que no me he muerto,
que no estoy ni dormido ni mucho menos,
que ni pido clemencia ni doy risueyos,
que pa´ muchos soy poco y pa´ pocos suebro,
que pa´ todo no alcanzo y sin embargo,
cuanto más me acogotan grito más largo,
via a volver con lo mismo de tantas veces,
entropillando coplas que no son reces,
que ni nacieron pa´ nada, ni pa´ callarse,
nacieron pa´ aguantarse si hay que aguantarse,
coplas que son paridas de muy adentro,
de las amanecidas, de mis encuentros, de mis noches gastadas,
de mis paciencias de los perros que muerden en la concencia,
Me vuelvo pa´ que sepan que tengo historia,
que martillan el pecho de las memorias,
que se ruempen lo puños contra el olvido,
viscosarco y perfecto, hueco y vacío,
vuelvo al no de los nunca pa´ hacerlo siempre
y en el si de los todos sentir que sienten,
via a volver y no es mucho decir que vuelvo,
pero es menos que poco ser poco menos,
Via a volver pa´ que tengan los que no tienen,
al menos un recuerdo que los recuerde,
via a volver pa´ que sepan que no me he muerto,
que no estoy ni dormido ni mucho menos,
que ni pido clemencia ni doy risueyos,
que pa´ muchos soy poco y pa´ poco suebro.

Galopiador sin bajera me aberijé en el camino,
lo que pa´ poco no alcanza sobró pa´ ser mi destino,
madrugador de ilusiones me amaniané con el lucero,
el alumbraba de arriba yo hechaba sombra en el suelo,
por eso si alguna vez me dio por mascar el freno,
no se si habrá sido bueno, no se si malo habrá sido,
pero se que he conseguido que nadie me muente en pelo,
percherón pa´ cualquier pique, ladero en cualquier pantano,
amigo, padre y hermano, peón mensual o peón por día,
y por si no lo sabían me anda sobrando una mano,
no desentiendo razones incómodas o urticantes,
de la culata al pescante soy playo y sin barandaje,
y no me resta coraje ni el ortivón ni el lacayo,
conozco desde gurí la palabra honestidad,
si aprendí a mirar pa´ atrás, también adelante miro,
si soy honesto conmigo no tengo porque temblar,
la verdad agranda al más débil, la duda ablanda al más macho,
la mentira manda al tacho al patrón del acomodo,
y si hay un tiempo pa´ todo hay un dios pa´ cada guacho.

No hay comentarios.: