Te di la vida, pero no puedo vivirla por ti.Pude enseñarte muchas cosas, pero no pude obligarte a aprenderlas.Pude aconsejarte, pero no puedo responsabilizarme por lo que hagas.Puedo llevarte a la Iglesia, pero no puedo obligarte a creer.Pude instruirte en lo malo y lo bueno, pero no puedo decidir por ti.Puedo darte amor, pero no puedo obligarte a aceptarlo.Puedo enseñarte a compartir, pero no puedo forzarte a hacerlo.Puedo hablarte del respeto, pero no puedo evitar que seas irrespetuosa.Puedo aconsejarte sobre las buenas amistades, pero no puedo escogértelas.Puedo decirte que el licor es peligroso, pero no puedo decir No por ti.Puedo advertirte acerca de las drogas, pero no podria evitar que las uses.Puedo exhortarte a la necesidad de tener metas altas, pero no puedo alcanzarlas por ti.Puedo enseñarte acerca de la bondad, pero no puedo obligarte a ser bondadosa. Puedo explicarte cómo vivir, pero no puedo vivir la vida por tí."Hay un período cuando los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos."Es que los niños crecen independientemente de nosotros, como árboles murmurantes y pájaros imprudentes. Crecen sin pedir permiso a la vida.Crecen con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia.Pero no crecen todos los días, crecen de repente. Un día se sientan cerca de ti y con una naturalidad increíble te dicen cualquier cosa que te indica que esa criatura de pañales, ya creció!¿Cuándo creció que no lo percibiste? ¿Dónde quedaron las fiestas infantiles, el juego en la arena, los cumpleaños con payasos, los viajes de vacaciones? El niño crece en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.Ahora estás allí, en la puerta de tu casa, o al lado del teléfono esperando no sólo que no crezcan, sino que aparezcan...Así estamos muchos padres esperando que vengan a verte zumbando sobre patines, con sus cabellos largos y sueltos. Y allí están nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas en alguna parte,pero no contigo. Con el uniforme de su generación y sus incomodas y pesadas mochilas en los hombros. Acá estamos nosotros, con los cabellos canos. Y esos son nuestros hijos,los que amamos a pesar de los golpes de los vientos, de las escasas cosechas de paz, de las malas noticias y la dictadura de las horas.Ellos crecieron amaestrados, observando y aprendiendo con nuestros errores y nuestros aciertos. Principalmente con los errores que esperamos no se repitan. Hay un período en que los padres vamos quedando huérfanos de los hijos... ya no los buscaremos más en las puertas de los colegios. Pasó el tiempo del club, el fútbol, las clases de baile, la natación...Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.Deberíamos haber ido más junto a su cama al anochecer para oír su almarespirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia, y a los adolescentes cubrecamas de aquellas piezas con calcomanías, afiches, agendas coloridas y discos ensordecedores.Pero crecieron sin que agotáramos con ellos todo nuestro afecto.Al principio fueron al campo, la playa, navidades, pascuas, piscinas y amigos. Sí, había peleas en el auto por la ventana, los pedidos de chicles, la música de moda. Después llegó el tiempo en que viajar con los padrescomenzó a ser un esfuerzo, un sufrimiento, no podían dejar a sus amigos y primeros enamorados. Quedamos los padres exiliados de los hijos."Teníamos la soledad que siempre deseamos..." Y nos llegó el momento en que solo miramos de lejos, deseando que escojan bien en la búsqueda de la felicidad y conquisten el mundo del modo menos complejo posible.El secreto es esperar... En cualquier momento nos darán nietos. El nieto es la hora del cariño ocioso y la picardía no ejercida en los propios hijos.Por eso los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tanincontrolable cariño. Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto. Por eso, es necesario hacer algunas cosas adicionales, ANTES DE QUE NUESTROS HIJOS CREZCAN!!!!Así es. Los seres humanos sólo aprendemos a ser hijos después de serpadres, solo aprendemos a ser padres después de ser abuelos... En fin, pareciera que sólo aprendemos a vivir después de que la vida se nos va pasando...
Desconozco el autor, aca en Rivera leen esto todos los días de la familia, en la escuela, en las radios... y reconozco que me agarra un poco de angustia cada vez que lo escucho. De todas formas, felicitaciones a quién lo escribió. Y perdón a quienes lo hayan leido si lloraron con esto. Aunque a veces... vale la pena llorar.
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2 comentarios:
mi primo queridisimo!
me gustaria taanto ser tu amiga
y verte mas seguido!! y que charlemos y escribamos juntos y tomemos mate y escuchemos musica y comamos pan con manteca. me encanta leerte. porque tenes esa necesidad interna de que el ser humano cambie y que el mundo cambie y que todo cambie constantemente hasta llegar a ser algo de tu agrado, y esa exasperacion es lo que te mantiene asi de despierto y lo que te hace escribir cosas tan lindas como las anteriores. y es buenisimo.
te quiero.
Lumi... hace tanto que no nos vemos... a mi también me gustaría charlar con vos, saber como estas, que me vuelvas a decir que queres filmar alguna vez una pelicula en Rivera (todavia queres?), tomar mate, escuchar la música del tocadiscos allá lejos, donde alguna vez enterramos una botella que nunca volvimos a encontrar, donde alguna vez, aquella vez, quemamos un papelito en el fuego pidiendo algun deseo. Es extraño saber que estas ahi, y no sepa de vos, saber que somos amigos talvez, sin siquiera saber como estas... estuve buscando algo que escribiste una vez en tu blog (acordate que fuiste vos la que me dijiste que me haga uno...) y no lo encuentro, por ahi lo tenes... ese que decia de que tu mamá te regalaba una cartucherita con lápices de colores. Confío en que nos veamos pronto, y que el mundo cambie, o que cambiemos nosotros, y que todo sea mejor, pero que el mejor sea para todos. Yo también te quiero... nos vemos!
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