lunes, 11 de febrero de 2008

Veronika decide morir-Paulo Coelho

Aunque insistan en negarlo, creo que Susana introdujo en mi curso esa manía de leer a Coelho. Si bien Albana me decía que lo lea y siempre elegía parece sus peores libros y no me gustaban, y si bien a algunos les gustaba leerlo y elegían algunos de sus libros como favoritos, la verdad a mi no me atraía. Pero bueno, sin querer elegí "a orillas del río Piedra me senté y lloré", cuyo título antes de leerlo fue burla de mis pensamientos, pero cuando terminé me gustó mucho, y me dio mucha bronca la cara de Cohelo sonriendo al final. Después leí este, y también esta bueno. Del otro no marque nada porque era mucho lo que me gustaba. En fin, basta de prólogos poco útiles:


"¿Llegaria a poder escuchar hasta el fin la música que venía de la plaza? Sería un bello recuerdo de esta vida: el atardecer, la melodía que contaba los sueños del otro lado del mundo, el cuarto templaod y acogedor, el muchacho guapo y lleno de vida que habia pasado, había decidido detenerse y ahora se dirigía hacia ella (...) era la última persona a la que estaba viendo.
(...) continuó su camino, olvidando para siempre aquel tostro en la ventana.
(...)No era por ausencia de amor que se estaba matando. No era por falta de cariño de su familia, ni problemas financieros, o por una enfermedad incurable.
Veronika había decidido morir aquella bonita tarde de Ljubljana, con músicos bolivianos tocando en la plaza, con un joven pasando frente a su ventana, y estaba contenta con lo que sus ojos veían y sus oídos escuchaban. Pero aún estaba más contenta de no tener que estar viviendo aquellas mismas cosas durante treinta, cuarenta o cincuenta años más, pues perderían toda su originalidad en la tragedia de una vida donde todo se repite, y el día anterior es siempre igual al siguiente."

"...el aire de quien hace las cosas porque tiene que hacerlas, sin jamás preguntar por qué el reglamento manda esto o aquello."

"Estoy viva, pensó Veronika. Va a empezar todo otra vez. Tendré que pasar un tiempo aquí dentro, hasta que comprueben que soy perfectamente normal. Después me darán de alta, y volveré a ver las calles de Ljubljana, su plaza redonda, los puentes, las personas que pasan por las calles yendo y volviendo del trabajo.
Como las personas siempre tienden a ayudar a las otras-sólo para sentirse mejores de lo que realmente son- me volverán a emplear en la biblioteca. Con el tiempo, volveré a frecuentar los mismos bares y discotecas, conversaré con mis amigos sobre las injusticias y los problemas del mundo, iré al cine, pasearé por el lago.
Como elegí las pastillas, no estoy deformada: continúo joven, bonita, inteligente, y no tendré-como nunca tuve- dificultades para conseguir novios. Haré el amor con ellos en sus casas, en el bosque, obtendré un cierto placer, pero después del orgasmo la sensación de vacío volverá. Ya no tendremos mucho sobre qué conversar, y tanto él como yo lo sabemos: llega el momento de darnos la disculpa mutua ("es tarde" o "mañana tengo que levantarme temprano") y partiremos lo más rápidamente posible, evitando mirarnos a los ojos.
Yo vuelvo a mi cuarto alquilado en el convento. Intento leer un libro, enciendo el televisor para ver los mismos programas de siempre, coloco el despertador para despertarme exactamente a la misma hora que el día anterior, repito mecánicamente las tareas que me son confiadas en la biblioteca. Como el sándwich en el jardín frente al teatro sentada en el mismo banco, junto con otras personas que también escogen los mismos bancos para almorzar, que tienen la misma mirada vacía, pero fingen estar ocupadas en cosas importantísimas.
Después vuelvo al trabajo, escucho algunos comentarios sobre quién esta saliendo con quién, quién está sufriendo tal cosa, cómo tal persona lloró por culpa del marido, y me quedo con la sensación de que soy bonita, tengo empleo y consigo el amante que quiero. Después vuelvo a los bares hacia el fin del día y todo recomienza.
Mi madre (que debe de estar preocupadísima con mi tentativa de suicidio) se recuperará del susto y continuará preguntándome qué voy a hacer de mi vida, por qué no soy igual a las otras personas ya que, al fin y al cabo, las cosas no son tan complicadas como yo pienso que son. "Fíjate en mí, por ejemplo, que llevo años casada con tu padre y procuré darte la mejor educación y los mejores ejemplos posibles".
Un día me canso de oírle repetir siempre lo mismo y para contentarla me caso con un hombre a quien yo misma me impongo amar. Ambos terminaremos encontrando una manera de soñar juntos con nuestro futuro, la casa de campo, los hijos, el futuro de nuestros hijos. Haremos mucho el amor el primer año, menos el segundo, a partirr del tercero quizá pensaremos en el sexo una vez cada quince días y transformaremos ese pensamiento en acción apenas una vez al mes. Y, peor que eso, apenas conversaremos. Yo me esforzaré por aceptar la situación, y me preguntaré qué es lo que hay mal en mí, ya que no consigo interesarlo, no me presta la menos atención y vive hablando de sus amigos como si fuesen realmente su mundo.
Cuando el matrimonio esté apenas sostenido por un hilo, me quedaré embarazada. Tendremos un hijo, pasaremos algún tiempo más próximos uno del otro y pronto la situación volverá a ser como antes.
Entonces empezaré a engordar como la tía de la enfermera de ayer, o de días atrás, no sé bien. Y empezaré a hacer régimen, sistemáticamente derrotada cada día, cada semana, por el peso que insiste en aumentar a pesar de todo el control. A estas alturas, tomaré algunas drogas mágicas para no caer en la depresión y tendré algunos hijos, en noches de amor que pasan demasiado deprisa. Diré a todos que los hijos son la razón de mi vida pero, en verdad, ellos exigen mi vida como razón.
La gente nos considerará siempre una pareja feliz y nadie sabrá lo que existe de soledad, de amargura, de renuncia, detrás de toda esa apariencia de felicidad.
Hasta que un día, cuando mi marido tenga su primera amante, yo tal vez haga un escándalo como la tia de la enfermera, o piense nuevamente en suicidarme. Pero entonces ya estaré vieja y cobarde, con dos o tres hijos que necesitan mi ayuda, y debo educarlos, colocarlos en el mundo, antes de ser capaz de abandonar todo. Yo no me suicidaré: haré un escándalo, amenazaré con irme con los niños. Él, como todos los hombres, retrocederá, dirá que me ama y que aquello no volverá a repetirse. Nunca se le pasará por la cabeza que si yo resolviese realmente irme la única elección posible sería la casa de mis padres, y quedarme allí el resto de la vida teniendo que escuchar todos los días a mi madre lamentándose porque perdí una oportunidad única de ser feliz, que él era un excelente marido a pesar de sus pequeños defectos y que mis hijos sufrirán mucho por causa de la separación.
Dos o tres años después, otra mujer aparecerá en su vida. Yo lo descubriré (porque lo vi, o porque alguien me lo contó) pero esta vez finjo ignorarlo. Gasté toda mi energía luchando contra la amante anterior, no sobró nada, es mejor aceptar la vida tal como es en realidad y no como yo la imaginaba. Mi madre tenía razón.
Él continuará siendo gentil conmigo, yo continuaré mi trabajo en la biblioteca, con mis sándwiches en la plaza del teatro, mis libros que nunca consigo terminar de leer, los programas de televisión que continuarán siendo los mismo de aquí a diez, veinte o cincuenta años.
Sólo que comeré los sándwiches con sentimiento de culpa, porque estoy engordando; y ya no iré a bares, porque tengo un marido que me espera en casa para cuidar a los hijos.
A partir de ahí, todo se reduce a esperar a que los chicos crezcan y pensar todos los días en el suicidio, sin valor para cometerlo. Un buen día, llego a la conclusión de que la vida es así, no sirve rebelarse, nada cambiará. Y me conformo."

"Había pasado su vida esperando siempre algo: que el padre volviera del trabajo, la carta del enamorado que no llegaba, los exámenes de fin de año, el tren, el autobús, la llamada telefónica, el día de fiesta, el fin de las vacaciones."

"-Una vez vi a una mujer con un vestido rojo, escotado, ojos vidriosos, andando por las calles de Ljubljana cuando el termómetro marcaba cinco grados bajo cero. Pensé que estaría borracha y fui a ayudarla, pero ella rechazó mi abrigo. Quizás en su mundo fuese verano; y su cuerpo estuviera caliente por el deseo de alguien a quien esperaba."

"(...) intentar hacer que todo en su vida continuase igual. Había sacificado muchos de sus deseos para que sus padres la continuasen queriendo como la querían de pequeña, aún sabiendo que el verdadero amor se modifica con el tiempo y crece y descubre nuevas maneras de expresarse. Cierto día, cuando escuchó a su madre decir entre sollozos que su matrimonio había acabado, Veronika fue a buscar a su padre, lloró, amenazó y finalmente le arrancó la promesa de que él no se iría de la casa, sin pensar en el alto precio que los dos debían de estar pagando por causa de eso.
Cuando decidió conseguir empleo, dejó perder una oferta tentadora de una compañía que acababa de instalarse en su recién creado país, para aceptar el trabajo en la biblioteca pública donde el dinero era poco pero seguro. Iba a trabaja todos los días en el mismo horario, siempre dejando claro a sus jefes que ella no era una amenaza. Estaba satisfecha, no aspiraba a lucha para crecer; todo lo que deseaba era su sueldo a fin de mes.
Alquiló el cuarto en el convento porque las monjas exigían que todas las inquilinas regresaran a una hora determinada y después cerraban la puerta con llave: quien se quedara afuera tendría que dormir en la calle. Así ella siempre podía dar una disculpa verdadera a sus sucesivos amantes para no verse obligada a pasar la noche en hoteles o camas extrañas.
Cuando soñaba con casarse, se imaginaba siempre en un pequeño chalet fuera de Ljubljana, con un hombre que fuese diferente de su padre, que ganase sólo lo sugiciente para mantener a su familia y que fuera feliz con el hecho de estar los dos juntos en una casa con el hogar encendido, contemplando las montañas cubiertas de nieve.
(...)No sentía rabia hacia nadie, porque eso hubiera significado tener que reaccionar, combatir a un enemigo, y después aguantar las consecuencias imprevisibles, como la venganza.
Y cuando consiguió casi todo lo que deseaba en la vida llegó a la conclusión de que su existencia no tenía sentido, porque todos los días eran iguales, y decidió morir."

"(...)Odiaba todo. La biblioteca, con su montaña de libros llens de explicaciones sobre la vida, el colegio donde habia sido obligada a gastar noches enteras aprendiendo álgebra, aunque no conociese ninguna persona-excepto los profesores y los matemáticos- que necesitase del álgebra para ser más feliz. ¿Por qué le habían hecho estudiar tanta álgebra, y geometría, y toda aquella serie de cosas absolutamente inútiles?"

"(...) Los indios piensan que el asesino es culpable, y no la sociedad, ni sus padres ni sus antepasados."

"(...) las personas enloquecen cuando intentan huir de la rutina. ¿Lo ha entendido?
-(...)Y si usted piensa que no seré capaz de cuidar de ella puede quedarse tranquilo: yo nunca intenté cambiar mi vida.
-(...)¿Imagina usted un mundo en el que,p or ejemplo, no estuviésemos obligados a repetir todos los días de nuestras vidas lo mismo? Si decidiéramos, por ejemplo, comer solamente cuando tuviéramos hambre: ¿cómo se organizarían las dueñas de casa y los restaurantes?(...) Entonces tenemos el desayuno, el almuerzo y la cena. Tenemos que despertarnos a una determinada hora todos los días, y descansar una vez a la semana. Existe la navidad para hacer regalos, la pascua para pasar tres días en el lago. ¿A usted le gustaría que su marido, sólo porque le entró un arrebato de pasión, quisiera hacer el amor en la sala?(...)El lugar de hacer el amor es la cama. Si no, estaríamos todos dando mal ejemplo y diseminando la anarquía.
(...) Esta campesina nunca entendería..."


"(...)¿Qué es la realidad?
-Es lo que la mayoría de la gente consideró que debía ser. No necesariamente lo mejor, ni lo más lógico, sino lo que se adaptó al deseo colectivo. ¿Usted ve lo que llevo alrededor del cuello?
-Una corbata.
-Muy bien. Su respuesta es lógica y coherente, propia de una persona absolutamente normal: "una corbata".
"Un loco, sin embargo, diría que yo tengo alrededor del cuello una tela de colores, ridícula, inútil, atada de una manera complicada, que termina dificultando los movimientos de la cabeza y exigiendo un esfuerzo mayor para que el aire pueda penetrar en los pulmones. Si yo me distrajera estando cerca de un ventilador, podría morir estrangulado por esa tela.
"Si un loco me preguntara para qué sirve una corbata, yo tendría que responderle: absolutamente para nada. Ni siquiera para adornar, porque hoy en día se ha tornado el símbolo de la esclavitud, del poder, del distanciamiento. La única utilidad de la corbata consiste en llegar a la casa y poder sacárnosla, dándonos la sensación de que estamos libres de algo que no sabemos qué es.
"¿Pero la sensación de alivio justifica la existencia de la corbata? No. Aun así, si yo pregunto a un loco y a una persona normal qué es eso, será considerado sano aquel que responda: "una corbata". No importa quién dice la verdad, importa quién tiene razón."

"En el camino a la enfermería, se fijó en una fotografía enmarcada en la pared: era la plaza central de Ljubljana, aún sin la estarua del poeta Peseren, con varias parejas paseando, posiblemente un domingo.
Comprobó la fecha de la foto: verano de 1910.
Verano de 1910. Allí estaban aquellas personas, cuyos hijos y nietos ya habrían muerto, capturadas en un momento de sus vidas. Las mujeres usaban pesados vestidos y todos los hombres llevaban sombrero, chaqueta, corbata (o tela de colores, como la llmaban los locos), polainas y paraguas al brazo.
¿Y el calor? La temperatura debía de ser la misma que los veranos actuales, treinta y cinco grados a la sombra. Si apareciese un inglés con bermudas y en mangas de camisa (vestimenta mucho más apropiada para el calor) ¿qué habrían dicho estas personas?
"Un loco.""

"Era una pena que Alá, Jehová, Di-s-no importa el nombre que se le diera- no hubiera vivido en el mundo actual. Porque si así fuese, todos nosotros estaríamos aún en el Paraíso, mientras que él estaría respondiendo a recursos, apelaciones, rogatorias, exhortos, interdictos, preliminares, procedimientos, y tendría que explicar en innumerables audiencias su decisión de expulsar a Adán y Eva del Paraíso, apenas por transgredir una ley arbitraria sin ningún fundamento jurídico: no comer el fruto del Bien y del Mal.
Si Él no quería que eso sucediera, ¿por qué colocó tal árbol en medio del jardín y no fuera de los muros del Paraíso? Si fuese llamada para defender a la pareja, Mari seguramente acusaría a Di-s de "omisión administrativa, porque además de colocar el árbol en un lugar incorrecto no lo rodeó de avisos ni barreras, dejó de adoptar los mínimos requisitos de seguridad y expuso a todos los que pasaban por allí al peligro.
Mari también podría acusarlo de "inducción al delito", puesto que atrajo la atención de Adán y Eva hacia el exacto lugar donde se encontraba. Si no hubiese dicho nada, generaciones y generaciones pasarían por esta Tierra sin que nadie se interesara por el fruto prohibido, ya que debia de estar en un bosque, lleno de árboles semejantes y, por lo tanto, sin ningún valor específico.
Pero Di-s no había actuado así. Por el contrario, escribió la ley y encontro la manera de convencer a alguien para transgredirla, sólo para poder inventar el castigo. Sabía que Adán y Eva acabarían aburridos de tanta perfección y, tarde o temprano, pondrían a prueba su paciencia. Y se quedó allí, esperando, porque tal vez también Él-Dí-s todopoderoso-estaba aburrido con todas las cosas funcionando perfectamente; si Eva no hubiese comido la manzana, ¿qué es lo que habría sucedido en estos miles de millones de años?
Nada.
Cuando la ley fue violada, Di-s-el juez todopoderoso- aún simuló una persecución, como si no conociese todos los escondrijos posibles. Con los ángeles mirando y divirtiéndose con la broma (la vida para ellos también debía de ser muy tediosa desde que Lucifer dejara el Cielo), Él empezó a caminar. Mari imaginaba cómo de aquel trecho de la Biblia se podía obtener una hermosa escena para un film de suspenso: los pasos de Di-s, las miradas asustadas que la pareja intercambiaba entre sí, los pies que súbitamente se detenían al lado del escondrijo.
"¿Dónde estas?" habría preguntado Di-s.
"Oí vuestro paso en el jardín, tuve miedo y me escondí porque estoy desnudo", habría respondido Adán sin saber que, a partir de esta afirmación, pasaría a ser reo confeso de un crimen.
Listo. Mediante un simple truco, aparentando no saber dónde estaba Adán ni el motivo de su fuga, Di-s había conseguido lo que deseaba. aun así, para no dejar ninguna duda al público de ángeles que asistía atentamente al episodio, él había decidido ir más lejos.
"¿Cómo sabes que estás desnudo?", habría dicho Di-s, sabiendo que esta pregunta sólo tendría una respuesta posible: "porque comí del árbol que me permite entenderlo".
Con aquella pregunta, Di-s mostró a sus ángeles que era justo y estaba condenando a la pareja sobre la base de todas las pruebas existentes. A partir de allí ya no importaba saber si la culpa era de la mujer, ni las súplicas de perdón; Di-s necesitaba un ejemplo para que ningún otro ser, terrestre o celeste, nunca más tuviese el atrevimiento de ir en contra de sus decisiones.
Y así expulsó a la pareja, sus hijos terminaron pagando también por el delito (como sucede en la actualidad con los hijos de los criminales) y el sistema judicial había sido inventado: ley, transgresión de la ley (lógica o absurda, no tenía importancia), juicio (donde el más experimentado vencía al ingenuo) y castigo.

Como toda la humanidad había sido condenada sin derecho a revisión de sentencia, los seres humanos decidieron crear mecanismos de defensa para la eventualidad de que Di-s decidiera mostrar de nuevo su poder arbitrario. Pero en el transcurso de los milenios de estudio, los hombres inventaron tantos recursos que terminaron exagerando las dosis, y ahora la justicia era una maraña de cláusulas, jurisprudencias y textos contradictorios que nadie conseguía entender bien.
Tanto es así que cuando Di-s decidió cambiar de idea y mandar a su hijo para salvar al mundo, ¿qué sucedió? Cayó en las redes de la justicia que Él había inventado.
La maraña de leyes terminó generando tanta confusión que el hijo acabó clavado en una cruz. No fue un proceso simple: de Anás para Caifás, de los sacerdotes para Pilatos, quien alegó no tener leyes suficientes según el Código Romano. De Pilatos para Herodes que, a su vez, alegó que el código judío no permitía la sentencia de muerte. De Herodes otra vez para Pilatos, que aún intentó una apelación ofreciendo un acuerdo jurídico al pueblo: lo azotó y mostró sus heridas, pero no sirvió de nada...
Como hacen los modernos promotores, Pilatos resolvió promoverse a costas del condenado: ofreció entonces cambiar a Jesús por Barrabás, sabiendo que la justicia a esta altura, ya se había convertido en un gran espectáculo donde era preciso un final apoteósico, con la muerte del reo.
Finalmente, Pilatos usó el artículo que facultaba al juez-y no a quien esta siendo juzgado- el beneficio de la duda, se lavó las manos, lo que quiere decir "ni sí, ni no". Era un artificio más para preservar el sistema jurídico romano sin dañas las buenas relaciones con los magistrados locales; permitía, además, que el peso de la decisión fuese transferido al pueblo en el caso de que aquella sentencia acabara creando problemas tales como la venida de algún inspector de la capital del Imperio para verificar personalmente lo que sucedía.

Justicia. Derecho. Aunque fuese indispensable para ayudar a los inocentes, no siempre funcionaba de manera que agradase a todos. (...)
"Si alguna vez decido salir de aquí nunca más me meteré en el mundo de la justicia, no pienso convivir con locos que se juzgan normales e importantes, pero cuya única función en la vida es dificultar la de los otros. Prefiero ser modista, bordadora, o vendedora de frutas frente al Teatro Municipal; ya cumplí mi parte de locura inútil.""

"(...) Miró el reloj, que le pareció un mecanismo absurdo, con dos agujas girando en torno al mismo eje, indicando una medida de tiempo que nadie jamás había explicado por qué debía ser 12 y no 10-como todas las otras medidas creadas por el hombre."

"(...)-Salir de aquí y morir afuera. Tengo que subir al castillo de Ljubljana, que siempre estuvo allí y yo nunca tuve la curiosidad de verlo de cerca.
"Tengo que hablar con la mujer que vende castañas en invierno y flores en primavera; ¿cuántas veces nos cruzamos y yo nunca le pregunté cómo estaba? Quiero andar por la nieve sin abrigo, sinriendo el frío intenso, yo, que siempre iba bien abrigada por miedo a contraer un resfriado.
"En fin, doctor Igor, tengo que sentir la lluvia en mi rostro, sonreír a los hombres que me interesan, aceptar todos los cafés a los que me convidan. Tengo que besar a mi madre, decirle que la quiero, llorar en su pecho, sin verguenza de mostrar mis sentimientos porque siempre los tuve, pero los escondía.
"Quizás entre en la iglesia, mire aquellas imágenes que nunca me djeron nada y terminen diciéndome algo. Si un hombre interesante me convida ir a bailar, bailaré la noche entera hasta caer exhausta. Después me acostaré con él, pero no de la manera como me fui con los otros, unas veces intentando mantener el control, otras fingiendo cosas que no sentía. Quiero entregarme a un hombre, a la ciudad, a la vida y, finalmente, a la muerte."

"(...)cuando todos sueñan y sólo algunos pocos realizan, el mundo entero se siente cobarde.
-¿Aunque estos pocos tengan razón?
-Quien tiene razón es el más fuerte. En este caso, paradojalmente, los cobardes son más valientes, y consiguen imponer sus ideas."

"(...)me di cuenta de que sería mucho más interesante estar en la plaza, en los Tres Puentes, en el mercado que hay enfrente al teatro, comprando manzanas y discutiendo sobre el tiempo. Claro que estaría lidiando con cosas ya olvidadas-cuentas para agar, dificultades con los vecinos, miradas irónicas de la gente que no me comprende, la soledad, protestas de mis hijos. Pero pienso que todo esto dorma parte de la vida y el precio de enfrentar estos pequeños problemas es bien menos que el precio de no reconocerlos como nuestros. (...) Tengo ganas de recomenzar a vivir, Eduard. Cometiendo los errores que siempre deseé y nunca me atreví. Enfrentando el pánico que puede volver a surgir, pero cuya presencia sólo me provocará cansancio, porque sé que no voy a morirme ni siquiera a desmayarme por su causa. Puedo conseguir nuevos amigos y enseñarles a ser locos, para que sean sabios. Les diré que no sigan el manual de la buena conducta sino que descubran sus propias vidas, deseos, aventuras y ¡VIVAN! (...) Todos sabemos eso. Pero nadie da el primer paso, quizás por miedo a ser llamado loco."

"(...)Allá afuera me comportaré exactamente como los otros: haré las compras en el supermercado, conversaré sobre trivialidades con mis amigas, perderé algún tiempo importante delante de la televisión. (...) Me permitiré hacer algunas tonterías sólo para que la gente diga: ¡claro, ha salido de Villete! Pero sé que mi alma estará completa porque mi vida tiene sentido. Podré mirar una puesta de sol y creer que Di-s está detrás de ella. Cuando alguien me moleste mucho le diré alguna barbaridad, y no me importará lo que piensen puesto que todos dirán "¡ella salió de Villete!"
"Mieraré a los hombres por la calle directamente a los ojos, sin verguenza de sentirme deseada. Pero después pasaré por una tienda de productos importados, compraré los mejores vinos que mi dinero pueda comprar y haré a mi marido beber junto conmigo, porque quiero reír con él, a quien tanto amo.
"ÉL me dirá, riendo "¡estás loca!" y yo le responderé "¡claro, estuve en Villete, y la locura me liberó! Ahora, mi adorado marido, tienes que pedir vacaciones todos los años y llevarme a conocer algunas montañas peligrosas, porque necesito correr el riesgo de estar viva."
"Las personas dirán: "¡ella salió de Villete y está enloqueciendo al marido!" Y él entenderá que las personas tienen razón y darpa gracias a Di-s porque nuestro matrimonio está comenzando ahora y somos locos, como lo son los que inventaron el amor.
Y Zedka se fue, tarareando una música que Veronika nunca había escuchado."

"(...) siempre les había parecido diferente, demasiado loca, incapaz de adaptarse a la situación ideal en que todos vivían allí.
-Mari nunca entendió lo delices que somos- dijo uno. Tenemos amigos con afinidades comunes, seguimos una rutina, de vez en cuando salimos juntos para un programa, convidamos a conferencistas para hablar de asuntos importantes, debatimos sus ideas. Nuestra vida ha alcanzado el perfecto equilibrio, cosa que a tanta gente de allá afuera le encantaría tener.
-Sin contar el hecho de que en Villete estamos protegidos contra el desempleo, las consecuencias de la guerra en Bosnia, los problemas económicos, la violencia-comentó otro-. Hemos encontrado la armonía.
(...)El más viejo de todos abrió el sobre e hizo lo que Mari le pedía. Quiso para en la mitad, pero ya era demasiado tarde y llegó hasta el final.

Cuando yo aún era joven y abogada, leí cierta vez a un poeta inglés y una frase de él me impactó mucho: "sed como la guente que se derrama y no como el tanque que siempre contiene la misma agua". Siempre pensé que él estaba equivocado: era peligroso derramrse porque podemos terminar inundando zonas donde viven personas queridas, y ahogarlas con nuestro amor y nuestro entusiasmo. Entonces, procuré comportarme toda la vida como un ranque, nunca yendo más allá de los límites de mis paredes interiores.
Sucede que por alguna razón que nunca entenderé, tuve Síndrome de Pánico. Me transformé en exactamente aquello que había luchado tanto para evitar: en una fuente que se derramó e inundó todo a mi alrededor. El resultado de eso fue mi internación en Villete.
Después de curada volví al tanque y los conocí. Les estoy agradecida por la amistad, el cariño y tantos momentos felices que me han dispensado. Vivimos juntos como peces en un acuario, felices porque alguien nos echaba comida a la hora exacta y podíamos, siempre que deseábamos, ver al mundo exterior a través del vidrio.
Pero ayer, por causa de un piano y de una mujer que ya debe de estar muerta hoy, decubrí algo muy importante: que la vida aquí dentro era exactamente igual a la vida allí afuera. Tanto allá como aquí las personas se reúnen en grupos, levantan sus muros y no dejan que nada extraño pueda perturbar sus mediocres existencias. Hacen cosas porque están acosrumbradas a hacerlas, estudian asuntos inútiles, se divierten porque están obligadas a divertirse, y que el resto del mundo reviente y se arregle por sí mismo. Como máximo asisten-como nosotros lo hicimos tantas veces juntos- al noticiario de la televisión, sólo para tener la seguridad de lo felices que son en un mundo lleno de problemas e injusticias.
O sea: la vida de La Fraternidad es exactamente igual a la vida de casi todo el mundo en el exterior, todos evitando saber lo que se encuentra más allá de las paredes de vidrio del acuario. Durante mucho tiempo eso fue reconfortante y útil. Pero la gente cambia, y ahora voy a la búsqueda de aventura, a pesar de tener sesenta y cinco años y las muchas limitaciones que esta edad me significa. Me voy a Bosnia: hay gente que me espera allí, aunque no me conozca y yo tampoco la conozco. Pero sé que soy útil, y que el riesgo de una aventura vale mil días de bienestar y confort.

Cuando acabó la lectura de la carta, los miembros de La Fraternidad se fueron a sus respectivos cuartos y enfermerías, diciéndose para sus adentros que ella había enloquecido definitivamente."



Perdí algunas partes... esto de marcar con papelitos...

2 comentarios:

dijo...

no me gusta no me gusta coelho, me reuso a leer lo que separaste, me abstengo, primo querido y eso qe confio en tu buen gusto de lector, pero es que él me hace acordar a bucay. otro qe no me banco tampoco. tampoco me banco a menem ni a los rolling stones, tampoco me banco a los conductores de mtv que se hacen los copados. ni a los perros con olor a perro ni al bondi 165 que tarda muuucho. pero si me banco a edgar alan poe por ejemplo. y te banco a vos que vas en contra de tus prejuicios y lees para provar a ver que onda....

besitos-

Any* dijo...

Leí Veronika decide morir. Se lo presté a una chica y nunca me lo devolvió u_U.

El otro lo tengo, pero nunca lo terminé de leer.

Me gustaron, pero no sé. Algo no me cierra. No tengo muchas ganas de escribir, asi que eso.