Porque, convengamos, el hombre no es nada más ni nada menos que un animal, un animal tan común y terriblemente normal como otros. Porque es mentira que el hombre piense, sienta o haga cosas diferentes a cualquier otro animal. Y así como solo hace lo que le conviene, como respeta a la fuerza al macho dominante, como su vida consiste en nacer, reproducirse y morir, es casi obvio que todo lo que este haga no apunta a la felicidad; que es una palabra que vaya a saber quién inventó, pero que el hombre-animal definitivamente no conoce; sino a la subsistencia, todo lo que hace lo hace con la necesidad de vivir el tiempo suficiente para asegurar la continuidad de la especie, y luego ya no cumple absolutamente ninguna función y el ciclo de esta especie se repite eternamente en la nada. Por eso es mentira el progreso, la ciencia, el amor. Por eso los viejos no sirven y la vida, en sí, no tiene gran sentido.
Y es éste hombre-animal el que solo utiliza el sexo para repoducirse. No busca placer en el acto sexual, lo considera pecado como le enseñaron alguna vez en su escuela, se deja llevar por su instinto reproductor y no por otra cosa como la belleza de una mujer o la bondad de una palabra. Y es lógico entonces, que este en contra de lo que no incluye en el orden natural de las cosas; un homosexual atenta contra el orden natural, como asi también lo hace el preservativo, un by-pass o cocinar la carne.
Es por eso que el mundo que concibe como único posible el hombre-animal es el suyo, el de la naturaleza, el que esta bien porque di-s lo hizo así. Aunque no crea realmente en di-s.
Porque, como todos sabemos, toda la humanidad en realidad es animal... no quiero pensar que en realidad, el hombre no actúa como animal, sino que conscientemente hace el mal al otro, obliga a que todos obtengan placer de la misma forma, no duda de las palabras que alguien le dijo alguna vez, su idea de mundo termina en su ombligo.
Entonces, ahora sí, se entiende completamente el mundo del hombre-animal, todo es lógico y armónico. Y si alguien se desvía de este orden natural, lógico y armónico, tal vez perfecto, habría que preguntarse por qué lo hace, que habrá descubierto más allá del mundo sin amor, sin odio y sin ideas.
Tal vez halla descubierto el ser hombre. Sólo hombre. Y tanto con eso.
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