Amigo mío, llora, que eso te aliviará. Siéntate a mi lado y no hables.
Bien veo que no puedes más; tal vez has estado haciendo esfuerzos toda la mañana para mantenerte en pie y para que no se te notase nada, lo que merece reconocimiento. Ahora llora libremente, es lo mejor que puedes hacer.
Hermann Hesse
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