miércoles, 16 de enero de 2008

El principito del nuevo sueño sionista-Paula Perpiñal-DEBATE

Para mí, es éste el al mismo tiempo, el más bello y triste paisaje del mundo. Es aquí donde el principito apareció en este planeta y es también aquí donde finalmente desapareció.

Poco después de la muerte de algo más de seis mil soldados, durante la guerra de la Independencia, de eso hace casi sesenta años, nació el "Principito del nuevo sueño sionista".
Él no sabía con certeza qué sería o cómo sería. Él sólo sabía las razones por las cuales había nacido, aunque sin una cierta exactitud.
Él sabía que los muertos de esa guerra se convirtieron en símbolo de heroismo, y que ahora era su turno y él, el "principito del nuevo sueño sionista", debería sobrevivir, que debería vivir de la manera más correcta, porque de ahora en más sería él, el nuevo futuro.
Esperaba de si mismo vivir de la manera más cierta y correcta, porque eso era lo que la historia y "el sueño sionista" esperaban de él, y por sobre todo, el pueblo judío de Israel ponía sus esperanzas en esa manera de vida "cierta y correcta".
El pueblo lo señalaba y decía: ¡¡Miren, ese es nuestro futuro!!¡¡Este es el sueño sionista al que esperamos tantos años!!
Pero el Principito no tenía a quién preguntar qué debía hacer para poder ser "el nuevo futuro" o qué exáctamente era ese sueño sionista al que tanto esperaban.
Y estaba solo, él, "El Principito del nuevo sueño sionista".
A su alrededor secaban pantanos, levantaban ciudades, se creaba un ejército, el pueblo cantaba canciones a su nuevo Estado y en el mástil hondeaba una nueva bandera, pero él, "El Principito del nuevo sueño sionista", seguía estando sólo.
Los pantanos no le mostraban el rumbo que debía seguir y tampoco las nuevas canciones. La bandera, justamente, le decía algo, pero a pesar de flamear con el viento, todavía no le mostraba el camino.
Desde el principio tuvo la oportunidad de abandonar el "puesto" de principito, vivir una cida tranquila hasta jubilarse del cargo de "Principito del nuevo sueño sionista" por un día.
Pero aquella frase "no iremos como corderos al matadero" no le permitía rendirse y abandonarlo todo, y por ello es que sesenta años después, aún continúa siendo el "Principito del nuevo sueño sionista".
Fue el centro de interés de todos, de la historia, del presente y del futuro. De las distintas religiones, los diversas naciones del mundo y de aquel milenario pueblo que se renueva en su antigua Tierra.
Él absorvió nuevos inmigrantes y fundó nuevos asentamientos, guió jóvenes en los movimientos juveniles y se incorporó al ejército. Y en definitiva, no le gue tan mal como le pareció en un principio.
Pero fue por muy poco tiempo. Pronto todos quisieron "apropiárselo"para ellos, entonces fue que entendió que para triunfar realmente, deberia ser de todos y para todos.
Y así fue que el Principito decidió cambiar su nombre por "del pueblo", y desde ese momento fue realmente de todos.
Fue una rara mezcla de nacionalidades y de razas, un poco de derechistas y otro poco de izquierdistas, algo de "hay que conquistar el Muro" que se mezcla con "la paz con Egipto". Una pizca de culturas europeas que se juntan a culturas orientales, y a todo eso algunas gotitas de "juntos cambiaremos al mundo" y otras de "sólo el Mesías ha de cambiar el mundo".
El Principito en algún momento pensó que todo esto duraría hasta la eternidad, pero pronto entendió que era imposible ser todo y de todos a un mismo tiempo. Y esto ocurrió al descubrir que usaban su nombre para todo tipo de "objetivos".
EN su nombre robaron, mintieron, traicionaron, ensuciaron, cometieron delitos y pecaron. Y fue en su nombre que incitaron al crimen y asesinaron un Primer Ministro.
El "Principito del nuevo sueño sionista" de pronto se encontró cansado y confundido.
Y entonces comenzaron a llegar los primeros rumores, un diario comentó que él era racista, otros que emigró a Nueva York, y en noticiero de la mañana informaron que sufre de doble identidad, y hay algunos que piensan que murió ya hace tiempo.
Y mientras tanto, a su alrededor secan el Mar Muerto, levantan rascacielos, los celulares suenan ringtones con canciones de la vieja patria.
Y el Principito sigue siendo joven y su sueño sigue renovándose.
Y a pesar de todo el "Principito del nuevo sueño sionista" nuevamente se siente solo.
¿Alguien podría ayudarlo a encontrar su rumbo?

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